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La nueva Casa Blanca

Obama reclama la aprobación urgente de su plan de estímulo

El presidente de EE UU pide al Congreso que libere de inmediato 825.000 millones de dólares para reactivar la economía

Antonio Caño

Enfrentado al primer serio desafío de oposición por parte de la minoría republicana, Barack Obama pidió ayer concesiones a ambos partidos y un gran esfuerzo unitario para conseguir la aprobación del plan de estímulo económico a mediados del mes próximo. Obama apeló a la urgencia de la situación para resolver en pocos días las considerables diferencias que hoy ponen en peligro el intento del nuevo presidente de obtener respaldo bipartidista a este multimillonario proyecto para revitalizar la economía.

Después de dos días en los que, por medio de decretos, se dedicó a desmontar el aparato de seguridad creado por George Bush con motivo de la guerra contra el terrorismo, Obama afrontó ayer de lleno la tarea más difícil que tiene por delante y aquella por la que, probablemente, será juzgada su gestión: la economía.

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Aparte de una reunión con los líderes del Congreso para discutir el paquete de estímulo, Obama dirigió otra con los responsables del presupuesto y participó en la primera de las reuniones diarias que ha establecido -igual que las que tradicionalmente mantiene el presidente con los servicios de espionaje y seguridad- con el equipo de asesores económicos, encabezado por el nuevo zar en la materia, Larry Summers.

"Las noticias que he recibido no son buenas", dijo Obama a los congresistas. Cerca de 600.000 personas se han sumado al paro en la última semana.

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Guantánamo o las torturas pueden parecer asuntos menores ante tan demoledora realidad. En todo caso son asuntos más fáciles de resolver. "Estamos experimentando una crisis sin precedentes contra la que tenemos que actuar rápidamente", manifestó el presidente a los representantes parlamentarios de ambos partidos.

El instrumento para actuar es el paquete de estímulo de 825.000 millones de dólares (636.000 millones de euros) que está ya siendo discutido en el Capitolio. Obama tiene las manos atadas para intervenir hasta que ese dinero no sea liberado por el Congreso, y eso puede costar un poco más de lo que hasta ahora parecía.

Los republicanos tienen varias reservas. Por un lado, creen que el plan, tal como está diseñado actualmente, no permite una actuación inmediata en las áreas de la economía que crean con mayor rapidez empleo, la necesidad más acuciante. "Hace falta un plan de alivio rápido, no el clásico y costoso gasto público cargado de intereses particulares", declaró el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, uno de los principales críticos de esta iniciativa.

Boehner y una mayoría de republicanos se quejan de que el paquete refleja demasiado los intereses de los demócratas. Creen que la parte del paquete dedicada a inversión -550.000 millones de dólares- es demasiado grande, mientras que la parte dedicada a reducciones fiscales -275.000 millones de dólares- es demasiado pequeña.

Además, objetan que las prioridades de inversión no se han hecho de acuerdo con la urgencia de revitalizar el mercado de trabajo. "Yo no creo que la subvención de los anticonceptivos (que aparece en una partida de ayuda sanitaria) ayude a crear empleo", advirtió Boehner.

Las ayudas sanitarias, así como el aumento de los subsidios de desempleo y otras mejoras sociales forman parte del paquete de estímulo dentro del objetivo demócrata de compensar a las principales víctimas de la crisis económica, las familias pobres. Pero, ciertamente, los planes de inversión incluidos en ese proyecto han despertado críticas más allá del ámbito del partido de la oposición.

Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso también ha advertido que el paquete de estímulo, tal como está hoy, podría no tener el impacto deseado a corto plazo. Algunas inversiones en infraestructuras y energías renovables -las dos principales apuestas de Obama- no llegarían hasta 2010, y otras incluso hasta 2011.

El director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag, ha respondido ya a su homólogo en el Capitolio asegurándole que se intentará hacer el 75% de las inversiones en el primer año.

Obama admitió ayer que "hay todavía algunas diferencias sobre la mesa, y entre la Administración y el Congreso, sobre algunos detalles particulares del plan", pero prometió trabajar a fondo para resolverlas. "El presidente está dirigiendo personalmente este debate", aseguró la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Obama reconoció también que, para los republicanos, enemigos genéticos del incremento del gasto público -la primera reacción de Boehner al conocer la cantidad de 825.000 millones fue un simple "¡Dios mío!"- este es un paso muy difícil de dar. Obama se va a reunir exclusivamente con los republicanos la próxima semana para ayudarles a dar ese paso.

Es posible que el presidente tenga ya los votos necesarios para la aprobación del paquete de estímulo. Pero quiere hacerlo de forma bipartidista. El mensaje a Wall Street sería así más poderoso y sus propias convicciones se verían mejor satisfechas.

Obama, con varios senadores y la presidenta de la Cámara de Representantes.
Obama, con varios senadores y la presidenta de la Cámara de Representantes.EFE

El primer presidente de la era digital

- Barack Obama podrá mantener su teléfono con Internet. Sólo un reducido número de colaboradores recibirá su dirección de correo electrónico y todas sus comunicaciones se mantendrán en un servidor seguro para ponerlas a disposición del Congreso en caso de que el presidente se enfrente a una investigación. Ninguno de sus predecesores en la Casa Blanca utilizó el correo electrónico por motivos de seguridad.

Clinton tiene sustituta en Nueva York

- La congresista Kristen Gillibrand sustituirá a Hillary Clinton en el Senado, tras ser nombrada ayer para el cargo por el gobernador de Nueva York, David Paterson. Queda así fuera del escaño el fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, tras la retirada de Caroline Kennedy. Gillibrand es una abogada favorable al aborto y al uso de armas de fuego.

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