Un negocio con oscuros intermediarios
Desde los primeros años noventa, Gazprom y todo el proceso de obtención de gas de Rusia y Asia Central se han visto infectados por organizaciones criminales de un tipo u otro. Los oligarcas y los políticos de Ucrania y Rusia se han enriquecido gracias a un opaco sistema de sobornos organizado por oscuras compañías que, desde el punto de vista comercial, carecen por completo de justificación. El vehículo más reciente para esta práctica corrupta, Rosukrenergo, se registró en Suiza -cosa nada sorprendente- y empezó a funcionar en 2004. Hace seis años, cuando Vladímir Putin todavía estaba tanteando el terreno como presidente ruso, anunció su intención de acabar con el crimen en el sector del gas. Las primeras señales movieron al optimismo: despidió al antiguo responsable de Gazprom, que había estimulado esas prácticas. Sin embargo, poco después, permitió el establecimiento de Rosukrenergo.
Esta empresa, que es propiedad a medias de Gazprom y en un 45% del siniestro hombre de negocios ucranio Dmitri Firtash, no lleva a cabo ninguna actividad real, salvo comprar el gas a Gazprom en la frontera rusa y venderlo a la ucrania Naftogaz. De esa operación obtiene una comisión importante; nadie sabe dónde va a parar ese beneficio, pero, si se pregunta a los políticos de cualquiera de los dos países, levantan las cejas y señalan hacia el cielo.
Durante su primer mandato, Yulia Timoshenko, la primera ministra de Ucrania, llegó al convencimiento de que el hombre que estaba verdaderamente detrás de estas extrañas compañías era Semion Mogilievich, el más famoso jefe del crimen organizado en Rusia, que figura en las listas de los criminales más buscados por el FBI. Su investigación se vino abajo con la caída de su primer Gobierno. Con posterioridad, Mogilievich fue detenido en Rusia acusado de evasión fiscal, pero el sistema que Timoshenko cree que él estableció sigue prosperando.
La semana pasada, la ONG británica dedicada a investigaciones Global Witness envió una carta abierta al presidente de Gazprom, Alexéi Míller, con seis preguntas sobre el papel de Rosukrenergo (RUE) en el suministro de gas. En su página web, RUE asegura que desempeña "un papel mediador" entre Rusia y Ucrania. Global Witness hace una pregunta razonable: "¿Cómo desempeña Rosukrenergo ese papel mediador entre Rusia y Ucrania, y por qué da la impresión de que ha fracasado, puesto que se han reanudado las disputas?".
La única conclusión a la que se puede llegar sobre RUE y su función es que esta empresa sirve para repartir los beneficios de un servicio completamente innecesario. Pero no pensemos que se puede saber dónde van a parar esos beneficios a través de su página web ni de sus resultados empresariales, porque no dicen nada.
La catastrófica disputa entre Ucrania y Rusia ha demostrado dos tesis. La primera, que este suministro está plagado de ambiciones personales y codicia tanto en Rusia como en Ucrania, y la segunda, que la Unión Europea es un desastre político cuando se trata de arreglar un lío que está afectando a sus intereses más vitales.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
Misha Glenny es autor del libro Mc Mafia. El crimen sin fronteras (Destino).
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