El comercio asume que facturará el 10% menos en las rebajas
La Generalitat abre 142 actas por adelantar la campaña de forma ilegal
Las rebajas de invierno arrancaron ayer en Cataluña como se preveía, con precios de derribo y descuentos del 70% desde el primer día. Estas agresivas ofertas, sobre todo en moda, junto con la tozuda moderación del consumo, hacen pensar a los comerciantes catalanes que cerrarán la caja del último día de campaña, el 6 de marzo, con el 10% menos de facturación respecto al año pasado.
Este cálculo no está reñido con la enorme afluencia de público que vivieron ayer los ejes comerciales en Barcelona. Uno de los grandes almacenes de referencia, El Corte Inglés, se llenó desde primera hora de la mañana. Y enseñas populares de moda registraban colas interminables a mediodía. "Estamos todo el tiempo reponiendo género. La ropa no dura", comentaba Lorena, de la tienda de Massimo Duti de la calle de Aragó de Barcelona. Y al preguntarle a bocajarro a una dependienta del Zara de paseo de Gràcia: "¿Cómo va eso de la crisis?", respondía sin durar: "No hay, no hay".
Los grandes del sector y las grandes superficies, sin un cálculo específico, se muestran "optimistas" ante la crisis.
Gran afluencia
Pero el cálculo a la baja de los pequeños y medianos comerciantes tiene su razón de ser. "Es normal por los descuentos, son muy altos, pero los tenemos que hacer porque hay mucho género, hay que recuperar las ventas", señaló ayer Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación de Comercio.
Hoy, los botiguers son algo más optimistas que hace unas semanas. "Han bajado el precio del dinero, han bajado los precios, hay más dinero disponible...", sugiere Fraile. Las ventas de los establecimientos, que tocaron fondo en noviembre, empezaron a levantar cabeza en diciembre, corrobora Luis Sans, presidente de Santa Eulàlia. Y el conjunto de 2008 se puede cerrar con un descenso de entre el 5% y el 10%. La carrera de descuentos previa a las rebajas ha llevado a la Dirección de Comercio de la Generalitat a levantar 142 actas en establecimientos de Cataluña por avanzar las rebajas de invierno, frente a las 81 realizadas el año pasado por el mismo periodo.
Crítica a las oficinas de consumo
Las quejas en materia de consumo al Síndic de Greuges, que equivale a la figura del Defensor del Pueblo en Cataluña, pasaron de 184 en 2004 a 415 en 2007, lo que supone un aumento del 125%. Este porcentaje se sitúa por encima de la media de aumento de quejas en ese periodo, que fue del 80%. El Síndic, que ha realizado un estudio en el que se ha encuestado a 93 oficinas de consumo catalanas, critica la "indefinición y variabilidad" de las funciones de cada oficina.
Asimismos señala que en muchos ayuntamientos "no ha habido voluntad clara y decidida" de crear el servicio de atención al consumidor. Entre sus conclusiones, destaca que los ciudadanos cada vez tienen más conciencia de sus derechos en materia de consumo.
Muchos catalanes se han dirigido al Síndic para comunicarle las dificultades para darse de alta o baja en compañías de teléfono, gas, luz y agua, o quejarse por cómo funcionan los transportes públicos.
Por otra parte, en cuanto a las rebajas, la Agencia Catalana del Consumo, dependiente de la Generalitat, lanzó ayer su batería de consejos para evitar que los derechos de los clientes sean vulnerados. Pedir el recibo de compra, que siempre es garantía ante cualquier reclamación, y asegurarse de que el producto tiene la misma calidad y garantía que aquel que no está rebajado son algunas de las recomendaciones. También recuerda el derecho a pagar con tarjeta de crédito si el comercio ya lo acepta fuera de rebajas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.