Italia y España meten presión al BCE para que baje tipos

Italia: la inflación se sitúa en mínimos de año y medio -el 2,3%, según los datos conocidos ayer- y el crecimiento se reduce con rapidez, a la espera de una recesión severa en 2009. España presenta un diagnóstico parecido, al igual que buena parte de la zona euro. Los datos de inflación en Italia y España y ese sombrío panorama económico alimentaron ayer las presiones para que el Banco Central Europeo (BCE) rebaje de nuevo los tipos de interés en su reunión de la próxima semana, tras el recorte de 0,75 puntos en diciembre.

La rebaja del precio del dinero ya se atisbaba en el horizonte antes incluso de anunciarse esas cifras. Lucas Papademos, vicepresidente del eurobanco, aseguró el pasado fin de semana que el BCE hará "todo lo que sea necesario" en términos de recortes de los tipos para estimular la maltrecha economía europea y evitar la deflación.

El BCE empieza el año bajo presión, tras las críticas recibidas a lo largo de 2008 por la tacañería en el uso de la política monetaria. Habitualmente dominado por los halcones -consejeros ultraortodoxos con la estabilidad de precios, con los alemanes a la cabeza-, el banco central elevó incluso los tipos a mitad de año, cuando Estados Unidos había iniciado ya un rápido recorte que ha dejado el precio del dinero cercano al 0% al otro lado del Atlántico.

La caída de las ventas y los mínimos históricos en los que se encuentra la confianza de los consumidores europeos suponen más argumentos para la bajada, que permitiría abaratar los préstamos y supondría un estímulo para reactivar la economía. Para los economistas, apenas hay dudas. Los expertos esperan un recorte de al menos 0,25 puntos, hasta el 2,25%. "El BCE tendrá que ir más lejos", aseguró a Bloomberg Gilles Moec, de Bank of America. "La balanza se inclina ahora a un nuevo recorte", abundó Martin van Vliet, de ING.