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Los beneficios eólicos equivaldrán al gasto anual de la Xunta en carreteras

Cada molino produce una rentabilidad neta de 60.000 euros al año

Los cerca de 1.200 nuevos aerogeneradores que batirán en Galicia a partir de 2012 generan tanta tensión política como beneficios reportarán a los adjudicatarios que concurren al concurso eólico. Una vez levantados, los grupos resultantes gestionarán una potencia de 2.325 nuevos megavatios hasta sumar el techo de 6.500 megavatios que puede producir Galicia, lo que propiciará a sus propietarios un negocio al año de más de 465 millones de euros, según cálculos del propio sector, con una rentabilidad de entre el 15% y el 20%, en función del rendimiento de cada parque, siempre y cuando se mantengan las tarifas y primas a ese tipo de energía.

Esos casi 270 millones representan, por ejemplo, el importe de las plusvalías que acaba de obtener Caixanova por la venta del 4,7% de Unión Fenosa o el total del presupuesto de la Xunta para infraestructuras viarias. Si se adjudicasen a una sola empresa, colocarían a su facturación neta al nivel de la décima compañía. De ahí la importancia del concurso, la gran concurrencia (se presentaron plicas superiores a los 30.500 megavatios frente a los 2.325 que salen a concurso) y las alianzas de conveniencia entre socios, entre los que está lo más granado de la empresa y las finanzas.

"Sin primas ni mercado regulado, todo este negocio perdería su interés"

De cerrarse mañana una propuesta de resolución por parte de la comisión de valoración impulsada por la Consellería de Innovación e Industria, convocada por tercera vez en una semana, los admitidos a trámite ya podrán trazar las perspectivas del nuevo negocio, sobre la base de que cada aerogenerador proporciona unos dividendos netos al año de 60.000 euros. Entre los aspirantes consultados se estima que un molino de dos megavatios, los más comunes mientras no se desarrollan otros aparatos más sofisticados, ofrece unos ingresos de 400.000 euros al año.

Se trata, además, de unos ingresos blindados, al margen del mercado. Las primas y subvenciones que se otorgan a la eólica en el marco de las energías renovables ofrecen un colchón de seguridad para los promotores. De acuerdo con el sistema de régimen especial de tarifas, dentro del que concurren todos los empresarios, se establecen ayudas para favorecer el desarrollo de esta energía que representan la cuarta parte de los ingresos de un parque y aportan, aproximadamente, 75 euros por megavatio producido a la hora. A mayores, las grandes empresas distribuidoras de electricidad están obligadas a comprar lo que produzcan los aerogeneradores, es decir, la venta de energía se garantiza por ley.

Empresarios del sector energético gallego con aerogeneradores ya operativos y que ahora se presentan al concurso de Innovación e Industria estiman que un parque con una rentabilidad inferior al 13% no es viable, "y sin primas ni mercado regulado todo este negocio perdería su interés", reconocen.

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Sin contar con los gastos financieros, es decir, el precio del dinero que se paga por los créditos para desarrollar los proyectos, la rentabilidad se puede situar en el 20%. El sistema de retribución eléctrica establece unos ingresos fijos para los parques menores de 50 megavatios, porque a partir de ahí se considera que entra en el régimen de producción ordinario, es decir, como si fuera una central eléctrica convencional.

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