_
_
_
_
Entrevista:DAVID FINCHER | Director

"Las películas nunca se acaban, únicamente se abandonan"

David Fincher considera a ILM, la empresa de George Lucas, como su escuela de cine, pero su primera gran incursión en el campo de los efectos especiales no puede estar más lejos de las óperas galácticas de ese estudio. El curioso caso de Benjamin Button, que se estrena el 25 de diciembre en EE UU y en España el 6 de febrero, tampoco es una historia de amor, más bien una historia de "vida y muerte", una ficción que se siente real con el tono de filme intimista, casi de arte y ensayo, de los que se meten en el bolsillo a los académicos, pero con uno de los mayores presupuestos del año. Una película de autor donde Brad Pitt pone el corazón y la belleza y los efectos digitales se encargan de convertir a la estrella en un niño de pecho con el aspecto de un anciano de 80 años. Una historia corta de Scott Fitzgerald que Fincher transforma en un filme épico de más de dos horas y media. El director nacido en Denver (Colorado), en 1962 no puede más que reírse de sus incongruencias. "Soy muy volátil. Todos lo saben".

"Soy de los que apoyo a los actores para que puedan arriesgarlo todo"
"Benjamin Button' habla de dos vidas que se cruzan y se aman"

Pregunta. ¿Existe un estilo David Fincher?

Respuesta. Lo que te da un estilo, lo que te hace reconocible, es tu forma de resolver los problemas. Quizá a mí se me reconozca porque apago más luces que nadie y me gusta trabajar con amigos todo lo que puedo.

P. Como Brad Pitt, por tercera vez después de Seven y de El club de la lucha.

R. Es uno de mis mejores amigos. Pensamos de una forma parecida y lo mismo ocurre en el trabajo. Como director soy de los que apoyo a los actores para que puedan arriesgarlo todo y Brad sabe aprovechar la oportunidad. Siempre me pedirá más y yo le presiono para que acepte papeles donde tiene que utilizar maquillaje durante seis horas.

P. Maquillaje y efectos digitales de Digital Domain para interpretar al mismo personaje a lo largo de su vida.

R. Al final nos quedamos sin dinero y tuve que contratar niños para lo que le quedaba de vida, pero Brad fue Benjamin durante unos 80 años en esta historia. Ese era uno de los escollos que le veía al guión, que no me la imaginaba interpretada por cinco actores diferentes. Por eso dudé antes de hacerla. Incluso manteniendo a Brad durante toda la película tenía que cuidar mucho su fisonomía. Utilicé técnicas de captura de movimiento para su rostro, algo muy empleado en anuncios o con los especialistas de acción pero que aquí es algo más. No fue Brad Pitt, no son imágenes generadas por ordenador, es Benjamin Button.

P. ¿En quién pensó a la hora de envejecer el rostro más bello de Hollywood?

R. En los cuadros de Andrew Wyeth, en esos rostros expuestos a los elementos. También tomé como referencia fotos de Paul Newman de joven y en sus últimos años. O el rostro de Robert Redford.

P. ¿Consideró la posibilidad de contratar a un desconocido para esta transformación?

R. Lo pensé pero narro la historia de un pez fuera del agua y a su estilo Brad lo es. Nadie tiene esa imagen de él, le ven más como el hombre que lo tiene todo sin pensar que esa misma fama le convierte en un friki. Además valoré la afinidad del público con su rostro. Es imposible dar dos pasos en el mundo civilizado sin ver una foto suya. Esa afinidad permitirá al espectador identificarle durante toda la evolución del personaje y como dice Cate Blanchett en un momento del filme, es la imagen de la perfección.

P. El guión estuvo rondando su despacho desde 1991.

R. La primera vez que lo leí no era el mismo proyecto, lo consideré imposible de realizar y además lo iba a dirigir Steven Spielberg. Era su problema. Luego pasó a mi amigo Spike Jonze pero hubo cambios de guión que a él no le gustaron. Fue entonces cuando Eric Roth me buscó con un guión que parecía una guía telefónica, 240 páginas, pero que contenía elementos que me interesaban. Eso fue en 2001 y al año siguiente empezamos a hacer pruebas para ver si la película era posible dentro de un coste razonable. Al final fue como jugársela a los dados para demostrar que era posible.

P. Tras 122 millones de euros, diez meses de preproducción activa, unos nueve de rodaje y 19 de postproducción además del paso del huracán Katrina por Luisiana donde rodó la película, Benjamin Button es una realidad y un claro candidato al Oscar.

R. Como siempre que acabo una película. Lo mejor de hacer cine es terminar. Aunque también es un hecho que las películas nunca se acaban únicamente se abandonan.

P. ¿Cuáles fueron los elementos que tanto le gustaron del guión de Roth?

R. Que habla de la historia de una vida. Habla de la muerte. ¡Lo que se dice un best seller en Hollywood! Benjamin Button habla de dos vidas que se cruzan, y en ese cruce se aman con toda la intensidad, pero luego sus vidas continúan. Así es la vida.

El director de cine David Fincher, en el pasado Festival de Cannes.
El director de cine David Fincher, en el pasado Festival de Cannes.REUTERS

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_