El buitre leonado sale de urgencias

El buitre leonado vuelve a dominar los cielos andaluces. Esta especie amenazada estaba al borde de la desaparición a finales de la década de los setenta y principios de la de los ochenta. Sólo existían censadas 834 parejas reproductoras en 1979 en toda comunidad. La situación se ha logrado revertir después de décadas de trabajos de conservación y de un incremento de la conciencia social. En el último censo de 2008 se han contabilizado 2.981 parejas nidificantes de buitre leonado en la región, lo que supone un crecimiento poblacional de aproximadamente un 30% respecto al último recuento nacional llevado a cabo en 1999. Andalucía es ya la tercera comunidad de España en cuanto al número de buitres, con el 12% de la población total, sólo por detrás de Aragón y Castilla y León.

El censo elaborado por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente también detalla como alrededor de 14.000 buitres leonados pasan el invierno en la región, principalmente en Sierra Morena, la serranía gaditana y Cazorla. Según Miguel Ferrer, responsable la Fundación Migres, la actitud social hacia el buitre y las aves de presa ha cambiado, lo que se traduce en una menor utilización de venenos y en el diseño estratégico del trazado de los tendidos eléctricos para evitar bajas.

Pero una de las principales amenazas para el buitre leonado es en este momento la energía eólica. La mayoría de las parejas reproductoras de la comunidad se ubican en la provincia de Cádiz, donde se concentran muchos de los molinos de viento de Andalucía. La Consejería de Medio Ambiente ha decretado alrededor de 900 paradas de aerogeneradores durante este año sólo en la provincia gaditana para evitar que buitres y otro tipo de aves protegidas mueran. Y la intención, según la consejería, es seguir dictando paradas "cada vez que se requiera". Pero estas políticas no han conseguido evitar que cerca de 80 buitres leonados hayan muerto entre las aspas.

Por otro lado, la UE obliga actualmente a la retirada de los cadáveres procedentes de las explotaciones ganaderas debido al brote detectado en 2000 de Encefalopatía Espongiforme. En aquel momento se temió por el futuro del buitre leonado, que se alimenta de la carroña. Pero los técnicos de Medio Ambiente no han detectado un impacto importante en la población de esta especie amenazada tras esas medidas adoptadas.

Medio Ambiente ha creado un red de muladares -comederos para los buitres- que ha paliado en algo esta situación. Sin embargo, han surgido problemas puntuales en algunas zonas. El delegado de Medio Ambiente en Huelva, Juan Manuel López, ha solicitado que se estudie la posibilidad de ampliar esta red. En declaraciones a Europa Press, López señaló que se han registrado "ataques de buitres a cerdos" ante la aparente falta de alimento. Según el delgado de Medio Ambiente, los comedores instalados "o no son suficientes o no se le echa la carne necesaria".