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Pocas medidas frente a la crisis

Camps enmascara la pasividad del Consell con descalificaciones al Gobierno

Con un crecimiento del paro en el último año superior en 17 puntos a la media española y cada día que pasa un total de nueve empresas declarándose insolventes en el Fondo de Garantía Salarial, el Consell ha optado por defender su gestión ante la crisis con un aluvión de descalificaciones al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La actitud del Gobierno valenciano, muy similar a la del Ejecutivo de Esperanza Aguirre en Madrid, contrasta con la de otros gobiernos autonómicos socialistas como los del andaluz Manuel Chaves o el catalán José Montilla, que han puesto en marcha un mayor número de medidas para capear la desfavorable coyuntura económica.

El Consell, que preside Francisco Camps, ha adoptado un número muy limitado de decisiones específicas para combatir los efectos de la crisis. El plan de impulso de la economía valenciana, dotado con 1.394 millones de euros para los ejercicios 2008-2009 es uno de los argumentos recurrentes de los populares valencianos. Sin embargo, los socialistas denuncian que el plan no incluye más presupuesto que el que ya estaba previsto con antelación a la crisis financiera.

El recurso a los avales de la Generalitat, sin la respuesta esperada
Los socialistas piden al jefe del Consell que tome medidas

Las dos medidas nuevas adoptadas por el Consell han sido básicamente dos: introducir una nueva deducción fiscal en el tramo autonómico del IRPF para compensar la subida de los tipos de interés en las hipotecas y destinar 600 millones de euros, fundamentalmente en avales, a mejorar la liquidez bancaria con la condición de que ésta repercuta en las pequeñas y medianas empresas.

Sin embargo, la eficacia de estas medidas es puesta en entredicho por la oposición. La nueva rebaja fiscal porque no tendrá efecto para el ciudadano hasta 2010 y, además, la bajada de tipos de interés del Banco Central Europeo puede dejar la desgravación finalmente sin efecto. Es decir, como los tipos han bajado, no es posible aplicarse la deducción fiscal.

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La inyección de liquidez tampoco parece haber dado, por ahora, los resultados deseados, ya que las entidades bancarias y de ahorro no han recurrido a esta fórmula. El propio vicepresidente económico, Gerardo Camps, reconoció la semana pasada que los primero 100 millones de euros todavía estaban disponibles y no pudo concretar el monto de operaciones realizadas.

Los socialistas aseguran, además, que el elevado endeudamient de la Generalitat hace que las entidades rechacen los avales públicos sabedores de que tardarán tiempo en cobrar. "Lo primero que tiene que hacer Camps es reaccionar ante la crisis", sentencian en el PSPV, que reprocha a Camps que ahora intente derivar sus responsabilidades hacia el Gobierno central.

En esta coyuntura, el presidente de la Generalitat ha incrementado de manera notable sus entrevistas con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para coordinar las críticas a Zapatero.

En Madrid, Aguirre ha optado por afrontar la crisis con una receta muy del gusto neoliberal: la bajada de impuestos, tras rechazar la propuesta de los socialistas de pactar diez grandes medidas contra la crisis y para el fomento del empleo. Así, la presidenta madrileña ha copiado la deducción del Consell en el tramo autonómico del IRPF para compensar la subida de los tipos de interés en las hipotecas, pero ha incluido otra deducción por gastos asociados a la educación. Las familias que no superen los 10.000 euros de renta anual por miembro de la unidad familiar podrán desgravar hasta 500 euros por hijo en edad escolar. Con ello se pretende compensar una mensualidad del colegio privado, el coste del uniforme o los idiomas como actividad extraescolar.

La pasividad de los gobiernos populares contrasta con la actividad de la Junta de Andalucía, que ha contestado con una medida adicional a cada propuesta anunciada por el Gobierno central. El Ejecutivo que preside Manuel Chaves no se ha limitado a introducir nuevas deducciones fiscales, sino que ha tirado de su mayor capacidad de endeudamiento para incrementar la inversión pública. Pero el gobierno andaluz también ha aprovechado la crisis económica para modificar su política de fomento empresarial, crear un fondo de emergencia para empresas viables con problemas de financiación y apostar por el fomento de la vivienda de protección pública con inversión directa e inducida.

En Cataluña, el presidente José Montilla cuenta con un tripartito que funciona con menor fluidez que los otros gobiernos citados, que disponen de amplias mayorías absolutas. Aún así, el Ejecutivo catalán ha ampliado las medidas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para ayudar a las familias que no pueden afrontar el pago de la hipoteca y ha dispuesto 115 millones de euros para contratar desempleados a través de las Administraciones públicas. Además, Montilla ultima un plan para mejorar la productividad industrial y facilitar el crédito a las pymes.

Acuerdos sociales

Camps presume de haber firmado con los agentes sociales el Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo 2009-2013 (Pavace II). Un acuerdo renovado que se alcanzó el pasado mes de septiembre entre el Consell, la patronal autonómica Cierval, CC OO y UGT, y que implica a la Administración y los agentes sociales en una serie de objetivos comunes. Aunque los objetivos de este programa no están cuantificados económicamente, el Consell cifró en 4.849 millones de euros la inversión hasta 2010 para avanzar en el Pavace II. El acuerdo incluye un buen número de medidas, entre las que destaca un programa de inserción parcialmente subvencionado por la Generalitat para recolocar parados de la construcción, un plan para levantar 150.000 viviendas protegidas hasta 2018 o la escolarización de toda la población infantil de 0 a 3 años. Aunque los propios agentes sociales reconocen que el alcance de la crisis ha desbordado el diagnóstico realizado en su momento, con el que se fijaron buena parte de los objetivos del Pavace II.

En cualquier caso, pese a la singularidad que otorga Camps al Pavace II, los acuerdos entre la Administración y los agentes sociales se han firmado ininterrumpidamente en la Comunidad Valenciana desde mediados de los años 80. Igual que en casi todos los gobiernos regionales, que importaron la fórmula de la concertación social del marco estatal, con la la puesta en marcha del Estado de las autonomías.

Así, el Ejecutivo catalán de José Montilla renovó el pasado mes de julio el acuerdo de competitividad hasta 2011. El gobierno catalán cifró en 7.000 los millones que se invertirán anualmente para lograr los objetivos pactados. Entre ellos figura el compromiso del Instituto Catalán de Finanzas de destinar 700 millones anuales a la financiación de empresas; 1.050 millones para reducir en cinco puntos el fracaso escolar y fomentar el aprendizaje del inglés; integrar toda la FP en una sola oferta formativa o destinar 1.100 millones a I+D para aproximarse al 2% del PIB catalán.

El presidente andaluz, Manuel Chaves, no sólo se ha limitado a pactar con los interlocutores sociales. El pasado mes de octubre, el responsable de la Junta de Andalucía se encerró durante tres horas con dos docenas de empresarios, los cinco presidentes de las cajas andaluzas y su equipo económico para analizar la crisis y la marcha de las medidas adoptadas por el Gobierno central y su propio gabinete. Una reunión en la que se contrastaron pareceres no siempre coincidentes.

Las reacciones ante la nueva situación económica

- Comunidad Valenciana: Deducción en el tramo autonómico de la declaración de la renta de 2009 para compensar la subida de tipos de interés en las hipotecas. Y 600 millones (400 en avales y 200 a disposición entidades financieras) para facilitar que se den préstamos a las pymes.

- Madrid: Deducciones fiscales en el tramo autonómico del IRPF para compensar la subida de las hipotecas y los gastos en la educación de los hijos. Además, la agilización de los trámites administrativos a las empresas.

- Andalucía: El Pacto por la Vivienda, que compromete a la Junta a invertir 3.000 millones de euros y a las entidades bancarias a financiar con 9.550 millones el acceso a pisos protegidos durante el periodo 2008-2012. Además, un total de 1.500 millones en avales a las titulizaciones de las cajas de ahorro andaluzas. Otras medidas son el Incremento de la inversión pública y sustitución de la política de subvenciones a las empresas por otra de préstamos y avales dotada con 500 millones; un fondo de emergencia (86 millones) para empresas viables en dificultades financieras; deducciones fiscales en el tramo autonómico por compra de vivienda y ayuda doméstica; y la agilización de los trámites administrativos para iniciar una actividad empresarial.

- Cataluña: Elaboración de un plan de política industrial 2009-2013 para mejorar la productividad. También un incremento de la inversión pública en un 11,4% en 2009. Una partida de 35 millones de euros para pagar temporalmente las cuotas hipotecarias de las familias que queden en paro. Además, la ampliación del importe máximo de las hipotecas que pueden beneficiarse del plan de moratorias del Gobierno; la deducción fiscal en el tramo autonómico por rehabilitación de la vivienda habitual. Y 115 millones para contratar desempleados a través de las Administraciones.

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