El comercio denuncia el repunte de hurtos por Navidad

Las aglomeraciones de gente brindan oportunidades doradas a los amigos de lo ajeno. Los comerciantes constatan como cada año, con motivo de la campaña de ventas navideñas y la afluencia de público en las tiendas, carteristas y descuideros intensifican sus hurtos dentro y fuera de las tiendas.

"Hace mucho tiempo que venimos denunciando el problema de la inseguridad aprovechando la muchedumbre que se forma en las zonas de tiendas", explica Benet Boix, secretario adjunto de la Confederación de Comercio de Cataluña.

Los Mossos d'Esquadra han organizado para este año un dispositivo de seguridad especial e intensificarán el patrullaje en los grandes ejes comerciales de las ciudades catalanas, además de reforzar las recomendaciones a los comerciantes y consumidores. Los consejos son los habituales: "Llevar el bolso cerrado, en bandolera si es posible, no dejarse cosas a la espalda...", explican fuentes de la policía autonómica, que asegura no disponer datos concretos sobre cómo se incrementan los hurtos en las fechas navideñas.

La tienda de Sergi Tarré ha sido desvalijada siete veces en dos años

La seguridad de las puertas de la tienda hacia dentro, sin embargo, sigue siendo responsabilidad del comerciante, ya que los Mossos sólo pueden actuar dentro de un establecimiento cuando se ha producido un delito.

Y se producen. Y no suelen ser sólo obra de carteristas. Los comercios viven a menudo el temor a verse desvalijados, fuera también de la temporada navideña. No más por la crisis, aseguran, que por la impunidad con que reinciden los ladrones. Ayer, Sergi Tarré saltó a la fama al contar que su tienda de prendas de moda deportivas, de la calle de Fontcoberta de Barcelona, en Sarrià, que regenta desde hace años, ha sido robada siete veces en los últimos dos años, en cinco de las cuales los destrozos han sido importantes. "Entre el género robado y las reparaciones habré perdido 135.000 euros", se lamenta. La policía autonómica le dice a Tarré que son siempre los mismos, "un grupo de seis o siete, la mayoría gente de aquí". El comerciante se queja, más que de los mossos, del Ayuntamiento. "No garantiza la seguridad". Una tienda de motos y accesorios para motos cercanas también está harta de que la desvalijen.

No es el único. La familia Carbonell, que tiene varias tiendas de moda de hombre en Barcelona bajo la denominación comercial de Filafil, se apunta a la protesta. "Este domingo pasado me avisó la policía a las 5.30 horas. Entraron en una de las tiendas en Sant Andreu, fueron directos a las prendas de piel. Actúan impunemente, van a saco", dice uno de los propietarios, al que ya habían robado el año pasado en otra tienda.

En aquella ocasión, por suerte, pasaban los mossos por el establecimiento y sorprendieron al ladrón con las manos en la masa. Le preguntaron al propietario si quería poner una denuncia y él les preguntó a su vez si serviría de algo. Ellos le confesaron que no, y el comerciante lo dejó correr. "La policía está desbordada", añade. Los dueños de Conti también han sufrido en sus carnes, tanto en su tienda de Rambla de Catalunya como en la de la calle de Tuset. "Ya ocurría antes de la crisis. Hace un año, nos entraron dos veces en tres semanas", explican.