Varios centenares de personas corren por los pasillos de un edificio vetusto, mientras suena una especie de campana, insistente y prolongada. Salen de despachos o de la cafetería y dan la impresión de que van apurados hasta que entran en un hemiciclo y se sienta cada uno en un sillón.
FRANCISCO CANTALAPIEDRA | Valladolid
En ocasiones, un error puede valer una absolución. El Tribunal Supremo se ha visto obligado a anular la condena de 10 años que pesaba sobre Nilton Vladimir Z. V., acusado de maltratar a su bebé, Urpi. En la sentencia, el alto tribunal aplica "la presunción de inocencia" y tilda de "lamentable" que las lesiones sufridas por la menor queden impunes.