La PAC siembra incertidumbre

Los ministros comunitarios de Agricultura han dado luz verde a la revisión o chequeo médico de la Política Agrícola Común (PAC) en medio de la división de los países miembros.

Hace unos meses se barajaba la posibilidad de que se aprobara una profunda reforma intermedia de la PAC en línea con las pretensiones de desmantelamiento progresivo defendido por los países del norte. Esos objetivos se fueron diluyendo hasta el acuerdo último, que ha sido recibido de forma opuesta entre el sector agrario y la Administración española.

Para el secretario de Estado del Ministerio de Agricultura, Josep Puxeu, en contra de lo que pretendían países del norte, se ha dado un paso importante para asegurar la PAC, en principio, hasta 2013. Ello supone dar una estabilidad al sector, al mantenerse los presupuestos con 45.000 millones de euros en ayudas directas, de los que unos 5.200 corresponden a España, y dar la posibilidad de redistribuir mejor los fondos asignados a cada país.

Para el Gobierno, se ha dado un paso importante para asegurar la PAC

Los agricultores piensan que se ha perdido la ocasión de potenciarla

No piensan lo mismo organizaciones agrarias y cooperativas, para quienes se ha perdido una ocasión para avanzar en la potenciación de la PAC y se han adoptado medidas contra el futuro de la misma. En medio de las posiciones de división de los países miembros y las distintas opiniones en el caso español, la realidad es que, hoy por hoy, la PAC, como se aplica en la actualidad, se halla en el alero y sólo tiene asegurada su existencia hasta 2013. A partir de ahí todo son interrogantes ante la posición de Bruselas de seguir con los ajustes presupuestarios; los países miembros no están dispuestos a poner más recursos y habrá más incremento de gastos con los nuevos países miembros.

Este nuevo escenario de la Política Agrícola Común es el que puso sobre la mesa el presidente francés, Nicolas Sarkozy, el pasado fin de semana con los ministros comunitarios. En esa línea, ya se trabaja para elaborar un documento bajo la denominación Horizonte 2000, en el que, en los próximos meses, quizá años, se quiere plasmar lo que debería ser la PAC a partir de 2013.

La revisión de la Política Agrícola Común aprobada por los ministros comunitarios ha tenido, a efectos de su continuidad, tres escenarios: recorte en la política de ayudas, desacoplamiento en los pagos y mecanismos para regular los mercados

En lo que afecta a la política de ayudas, como mal menor, sólo se puede hablar de mantenimiento global de los recursos en esos más de 45.000 millones de euros para toda la UE como ayudas directas para los próximos años.

En capacidad adquisitiva eso supone ya una reducción, al no contemplarse, como no se hizo nunca, el efecto de la inflación. En contra de los intereses de los profesionales de la actividad agraria, aumentaron los importes de las modulaciones del 5% al 10% para los cobros de entre los 5.000 y los 300.000 euros, y cuatro puntos más para las ayudas por encima de los 300.000 euros.

Con este acuerdo se aplica la modulación fundamentalmente a los profesionales incluidos entre los 5.000 y los 300.000 euros, mientras no se recortan a miles de perceptores cuya actividad principal no es la agricultura: los 692.000 que no llegan a los 5.000 euros. El importe de ese recorte o modulación no se puede considerar muy importante, unos 170 millones sobre el total de las ayudas. Pero el sector rechaza que esas ayudas que iban en la actualidad al bolsillo de los agricultores y ganaderos, según señala la propia Comisión, vayan a parar a otros fines del llamado segundo pilar: cambio climático, energías renovables, gestión del agua, biodiversidad, políticas de innovación y apoyo al sector de la leche.

Con los recursos globales congelados, Bruselas ha dado una mayor flexibilidad para que cada uno de los países miembros pueda llevar a cabo una política de redistribución de los fondos asignados. En ese contexto, señala la posibilidad de aplicar con mayor libertad el artículo 68 de la reforma, por el que se contempla la opción de quitar ayudas en un sector para aplicarlas a otros con mayores problemas. Eso supone para España la posibilidad de disponer de un margen de unos 180 millones de euros.

Otro paso positivo, a efectos de tener unos mayores recursos financieros en cada país, ha sido igualmente la decisión de los ministros comunitarios de que los Estados miembros puedan quedarse con los fondos asignados una campaña que no hayan sido gastados por diferentes razones. En España, eso supone la posibilidad de disponer de unos 200 millones de euros destinados a cada campaña.

Un segundo acuerdo importante ha sido la decisión comunitaria de avanzar, aunque menos de lo que pretendía inicialmente, en el desacoplamiento de los pagos desligados de la producción. Hay división en el propio sector agrario sobre este punto. Pero lo que parece indudable es que, en un momento en que es necesaria una mayor legitimación de la PAC ante el resto de la sociedad, no es bueno que exista una política basada en el pago de ayudas sin necesidad de producir.

Bruselas dio luz verde al total desacoplamiento de las ayudas en olivar, herbáceos, trigo duro y lúpulo desde 2010. Dejó para 2012 el desacoplamiento en los pagos para frutos secos, forrajes desecados, vacuno de carne, arroz, proteaginosas, semillas o fécula de patata, y da la opción a cada país para hacer lo mismo en ovino, caprino y vaca nodriza.

Finalmente, era importante la decisión comunitaria sobre la supresión de los mecanismos para regular los mercados como instrumentos para defender rentas del sector. Bruselas también rebajó sus posiciones iniciales en este punto, pero tampoco renunció a sus pretensiones en su totalidad.

Se mantiene el sistema de intervención con un techo cero inicialmente para arroz, cebada y trigo duro y para tres millones de toneladas de trigo blando a un precio de intervención de 101 euros tonelada. Igualmente se mantiene la intervención para 30.000 toneladas de mantequilla y 109.000 de leche en polvo. -