Estado de sitio en Bombay
Tropas de élite asaltan dos hoteles para intentar liberar a decenas de rehenes - El primer ministro de India apunta a Pakistán como responsable de los ataques
Comandos de élite indios asaltaron ayer los dos hoteles de lujo del centro de Bombay tomados por un grupo de terroristas el miércoles para intentar recuperar el control de los edificios, habitación a habitación, y liberar a decenas de rehenes. Mientras, el primer ministro de India, Manmohan Singh, culpó de forma indirecta de los ataques al vecino Pakistán, su gran rival. "Es evidente que los autores de los ataques vienen de fuera", afirmó.
Bombay fue durante todo el día rehén de los terroristas. Y no sólo porque aún permanecían decenas de personas retenidas en los hoteles, sino también porque los habitantes de la capital financiera de India no se atrevían a salir de sus casas después de sufrir uno de los peores atentados de la historia del país. El número de muertos asciende ya a 125 (al menos seis extranjeros) y hay más de 327 heridos (dos españoles).
Los terroristas tienen todavía en su poder a occidentales
Durante todo el día se escucharon explosiones en los hoteles Oberoi y Taj Mahal, donde el Ejército lanzó por la mañana sendas operaciones para liberar a los rehenes. Registraron piso a piso los edificios y se enfrentaron a tiros con los terroristas. La policía informó de que más de una docena de asaltantes fueron abatidos. Siete agentes de la policía murieron durante los enfrentamientos. Consiguieron sacar a los 55 rehenes que quedaban en el Taj Mahal, pero los atacantes se atrincheraron en el hotel y anoche aún se oían disparos.
La situación seguía anoche sin resolverse en el hotel Oberoi. Desde la calle se escuchaban disparos. En algunos momentos del día, el edificio se vio envuelto en llamas. Anoche permanecían encerradas 170 personas, pese a que el Ejército logró liberar a unos 70 rehenes. Dos empresarios españoles estaban retenidos en el edificio. En otro punto de la ciudad, en un centro judío, los terroristas retenían a un rabino y su familia.
Al final de la jornada parecía que las tropas especiales enviadas desde Nueva Delhi, apoyadas en todo momento por la policía de Bombay, estaban un poco más cerca de controlar el enfrentamiento con el grupo de terroristas -se desconoce aún el número- que el miércoles por la noche llegó en botes inflables a Bombay y, armados con fusiles y granadas, comenzaron a disparar de forma indiscriminada contra la multitud. "Los ataques fueron bien planeados y ejecutados, y no tienen precedentes", afirmó el portavoz de la policía de la ciudad.
La confusión se adueñó de las calles de Bombay, donde se alternaban momentos de tranquilidad con auténticos ataques de pánico colectivos. Todos los comercios, escuelas y lugares públicos permanecieron ayer cerrados. El tráfico, normalmente uno de los más intensos y caóticos del mundo, se evaporó y las avenidas de la ciudad se encontraban casi vacías. En las inmediaciones de los hoteles se reunían cientos de periodistas y curiosos.
La tensión sólo se relajaba y daba paso al júbilo y los aplausos con el lento goteo de la liberación de los rehenes. "Estoy vivo y eso es lo único importante", gritaba a la multitud un joven, aparentemente de nacionalidad japonesa, que fue bajado con una grúa del hotel Taj Mahal por las fuerzas de seguridad. Después cruzó como un héroe el muro humano y desapareció sin decir nada más.
En cuanto a la autoría de los atentados, como en otras ocasiones, India ha apuntado a Pakistán. El primer ministro indio, Manmohan Singh, ha asegurado que hablaría con sus vecinos para averiguar "el uso que los terroristas hacen de su territorio para lanzar ataques". Ambos países son potencias nucleares.
Desde Pakistán, tanto el president, Asif Ali Zardari, como su primer ministro, Yousaf Raza Gilani, condenaron los atentados. En su comunicado, difundido por la agencia estatal APP, Zardari fue más allá de la simple condena y aseguró que su país tomaría todas las medidas necesarias para "erradicar el terrorismo" de la región.
Los mensajes de solidaridad con India desde todos los puntos del globo fueron unánimes. Desde su residencia de Camp David, el presidente de Estados Unidos, George Bush, ofreció al Gobierno de Nueva Delhi "todo su apoyo". El ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, aseguró que los ataques fueron "muy coordinados y masivos".
Las cifras
- Víctimas. Hasta ayer se habían contado 125 muertos (al menos seis extranjeros) y 327 heridos.
- Rehenes. Las cifras fueron muy confusas durante toda la jornada. Se calcula que en el Oberoi quedaban anoche encerradas unas 170 personas, tras ser liberados unos 70 rehenes. En el hotel Taj Mahal, las 55 personas que quedaban consiguieron salir del edificio. Entre 10 y 15 personas estaban retenidas en un centro judío.
- Los terroristas. Se desconocía ayer el número de asaltantes; algunos medios calculaban que eran al menos una treintena. Una docena de terroristas fueron abatidos.
- Los ataques. Los terroristas lanzaron el miércoles ataques sobre ocho objetivos en Bombay.
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