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Cambio en la Casa Blanca

Obama eliminará los gastos superfluos

El presidente electo busca el apoyo republicano a sus primeras medidas económitacado(2)

Antonio Caño

Cuando el país afronta un gasto superior a los dos billones de dólares (1,5 billones de euros) entre los distintos paquetes de rescate y estímulo económicos ya aprobados, anunciados ayer o pendientes de anunciar, el presidente electo de EE UU, Barack Obama, comunicó a los ciudadanos que será necesario ajustarse seriamente el cinturón y eliminar varios proyectos públicos espurios o no prioritarios con el objetivo de ir paulatinamente consiguiendo el equilibrio presupuestario.

Obama compareció ayer de nuevo ante los periodistas, sólo un día después de su anterior conferencia de prensa, para ofrecer la otra cara de la moneda de su política económica. Fuertes inversiones públicas, sí, había dicho el lunes, en aquellas áreas en las que sean necesarias para resucitar la actividad económica. Pero recortes también, añadió ayer, en todos esos programas de Gobierno que se mantienen por la inercia política, para pagar favores o para hacer méritos en determinadas regiones o grupos de votantes. Se refirió a esos programas que salen adelante por la presión de los lobbies o por los cálculos electorales de la clase política.

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"Si invertimos en lo que necesitamos, como la renovación de las fuentes de energía o la tecnología, tenemos que dejar de derrochar en aquello que no necesitamos", adelantó Obama en el acto de presentación de otra de las figuras de su equipo económico, Peter Orszag, próximo director de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca. Con sólo 40 años, Orszag es actualmente el director de la Oficina del Presupuesto del Congreso, por lo que ya tiene experiencia en meter la tijera en los programas estatales. Ahora tendrá que hacer lo mismo pero desde el otro lado del mostrador.

La segunda comparecencia de Obama en 48 horas, probablemente seguida de otra aparición hoy, se explica en el contexto de extraordinaria turbulencia y agitación que viven la economía y la política estadounidenses en estos tiempos. Obama habló dos horas después de que lo hiciera el secretario del Tesoro, Henry Paulson, una hora después del presidente George Bush y una antes del senador republicano, John McCain, por citar sólo a las primeras espadas. Y eso, estando en vísperas de la fiesta más importante del año, el Día de Acción de Gracias.

Obama aseguró que el incremento de su visibilidad pública no contradice el principio, que ayer repitió, de que sólo hay un presidente. Dijo que se dirigía de nuevo a la nación "no sólo para restaurar la confianza de los mercados, sino para restaurar la confianza en las familias estadounidenses de que el Gobierno está a su lado". Quiso dejar claro que "hay un nuevo presidente, listo para actuar y para actuar rápidamente".

Hoy todo parece pasar por una cuestión de confianza. Los planes de rescate son para recuperar la confianza de los inversores, los paquetes de estímulo para recuperar la confianza de los consumidores y la presencia de Obama para recuperar la confianza de todos a la vez, aquí y en el resto del mundo.

Por esa razón, Obama repitió que va a tomar riesgos considerables para echar de nuevo a andar la máquina del consumo, que mueve dos terceras partes de la economía estadounidense, pero aseguró que no va a presidir una Administración derrochadora, como han sido antes otras Administraciones demócratas. "Las reformas presupuestarias no son una opción, son una necesidad", dijo. "Tenemos que estar seguros de que no desperdiciamos dinero en ningún terreno. Eso puede exigir tomar algunas decisiones difíciles, pero hay programas que simplemente no funcionan y que hay que eliminar".

El segundo mensaje que Obama quiso enviar en su comparecencia de ayer fue el de insistir en que su Administración será bipartidista. "No sólo queremos su ayuda, queremos sus ideas", declaró, en relación a los contactos que su jefe de Gabinete, Rahm Emanuel, ha iniciado ya con los congresistas republicanos con vistas a los primeros pasos del próximo Gobierno. "No hay duda de que ganamos holgadamente las elecciones y de que tenemos un mandato para encaminarnos en una nueva dirección. Pero eso no justifica el monopolio de un partido. El pueblo estadounidense no quiere ideología, quiere sentido común y eficacia", manifestó.

La realidad de la lucha partidista probablemente será después tan dura como de costumbre, pero no hay duda de que el recorte de cierto gasto público puede serenar los ánimos de algunos republicanos que ya han criticado duramente el propósito de Obama de estrenarse, a lo Roosevelt, con un fuerte paquete de inversión pública en infraestructura y ayudas sociales. Obama no quiere imponer ese paquete de estímulo. Intenta que, en la medida de lo posible y ante la situación de urgencia nacional, sea una iniciativa que el Congreso apruebe con una mayoría cercana a la unanimidad. Lo que sería otro gran mensaje de confianza a los mercados.

El presidente electo comunica a los periodistas los nombramientos de Peter Orszag y Rob Nabors (detrás de Obama), ayer en Chicago.
El presidente electo comunica a los periodistas los nombramientos de Peter Orszag y Rob Nabors (detrás de Obama), ayer en Chicago.AFP

Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca

Peter Orszag

Será el director de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, tras haber ejercido el cargo equivalente en el Congreso. Peter Orszag, de 40 años, se formó en la Universidad de Princeton y en la London School of Economics.

Rob Nabors

Será el segundo de Peter Orszag. Durante la última legislatura, trabajó en el Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes. Nabors estudió en la Universidad

de Carolina del Norte y en la de Notre Dame, en Indiana.

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