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Cambio en la Casa Blanca

McCain alaba los nombramientos del nuevo equipo y no se arrepiente de su campaña

Mónica Ceberio Belaza

Un John McCain sonriente compareció ayer ante la prensa por primera vez después de su discurso de aceptación de derrota en la noche del 4 de noviembre. McCain, de 72 años, hizo balance de la campaña, dijo que no se arrepentía de ninguna de sus decisiones -incluyendo la elección de Sarah Palin como candidata republicana a la vicepresidencia- y miró hacia el futuro con fuerza y optimismo: "Quiero presentarme de nuevo", dijo, refiriéndose a las próximas elecciones al Senado, que se celebrarán en 2010. Dijo que haría el anuncio oficial en el momento oportuno. El senador por Arizona elogió también al presidente electo, Barack Obama, por sus nombramientos hasta el momento. En especial, se refirió a la probable próxima secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, gobernadora de Arizona y posible rival de McCain en los comicios al Senado.

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El senador, que compareció ayer en Phoenix, capital de Arizona, la misma ciudad en la que hace 21 días reconoció que había perdido las elecciones, habló también de las causas de su derrota. Dijo que cuando comenzó la campaña, la guerra de Irak era un asunto primordial, pero que tras el colapso de Wall Street todo el interés se había trasladado hacia la economía y que los votantes querían un cambio rotundo en el rumbo del país y en los principios económicos que habían imperado hasta ese momento. "Y yo respeto eso", señaló. "No lo critico de ninguna manera".

A pesar de los indicios de guerra abierta entre los equipos de asesores de McCain y Palin, el senador se refirió a su candidata a la vicepresidencia con palabras amables y dijo que la cuestionada e inexperta gobernadora de Alaska, que según distintos analistas -tanto progresistas como conservadores- fue un lastre en la candidatura republicana, había sido la mejor de las opciones. McCain dijo que Palin fue capaz de movilizar a las bases conservadoras y que tiene un "brillante futuro en el liderazgo del Partido Republicano". Aseguró que la eligió como compañera de viaje por su espíritu reformador, no porque fuera una mujer y quisiera captar los votos de las decepcionadas seguidoras de Hillary Clinton.

En general, el senador dijo estar satisfecho de su campaña. "Es un gran honor haber sido capaz de servir al país durante tanto tiempo. Sarah Palin y yo trabajamos duro e inspiramos a mucha gente. Creo que podemos mirar al pasado con orgullo". Aseguró que no se arrepentía de no haber insistido en atacar a Obama basándose en su relación con el pastor Jeremiah Wright, a pesar de que así se lo pedían desde algunos sectores conservadores. "Creo que esa cuestión ya fue ventilada en su momento y que lo que les importaba a los estadounidenses era la economía y su futuro, sus trabajos y sus seguros de salud". Al igual que el 4 de noviembre, McCain se mostró ayer también como un elegante perdedor.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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