Colombia confía en sus fuerzas

"Colombia no está al borde de una recesión". Lo repitió esta semana el ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga. No es la primera vez que ha salido a aplacar las voces de los que dicen que el país vive ya síntomas de depresión económica.

El ministro ha dado su receta para evitar, como coletazo de la crisis financiera mundial, una crisis doméstica: mantener la liquidez y no perder la confianza: "La salud de la banca es la que nos garantiza estabilidad". A los ciudadanos de a pie les aconseja cuidar sus deudas; a los empresarios, seguir invirtiendo "porque las crisis también generan oportunidades". La economía de Colombia es lo suficientemente sólida como para resistir el embate sin mayores fracturas, es el mensaje.

Pero las cifras ya empiezan a mostrar que las cosas no van tan bien como se quisiera: la desaceleración -que empezó antes del derrumbe mundial- ha sido más fuerte de la esperada. En agosto, el sector manufacturero decreció un 8,8% y las ventas del comercio cayeron un 0,73%. Prácticamente todos los sectores de la industria registran caídas en lo que va de 2008 y ya hay recortes de personal. La meta de crecimiento para el año será apenas de un 4%; en 2007 llegó al 7%.

La Bolsa acumula este año una caída del 37%. Los fondos de pensiones que tenían inversiones en el exterior sufrieron un duro golpe; la turbulencia de la economía mundial cambió la tendencia del dólar: pasó de la devaluación a la revaluación.

El analista Juan Carlos Echeverry asegura que Colombia, por no haber cometido tantos errores cuando la economía estuvo en auge, se salvará de una desaceleración prolongada. "Es posible", dice, "que a finales de 2009 se vuelva a la normalidad". A su juicio, el aumento de las tasas de interés en 2006 evitará al país un coletazo mayor de la crisis internacional. "Si este descalabro mundial nos coge como en 2005 -todo el mundo endeudándose para comprar activos, arriesgándose y haciendo cuentas de margen-, los problemas de Colombia habrían sido inmensos".

Analistas y expertos aconsejan al Gobierno no ser tan optimista y realizar ya recortes en el gasto público y bajar las tasas de interés. "El Gobierno tiene que dejar de gastar", dice el ex ministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo. A él le tocó hacer frente a la última crisis económica, en 1999, en este país de 44 millones de habitantes. Desde hace rato se critica al Gobierno por el gasto público desbordado.

El Ejecutivo ya creó -aunque no se sabe bien qué hará- el llamado Grupo de Crisis; el banco emisor -el 24 de octubre- redujo en medio punto el encaje bancario de las cuentas corrientes y de ahorro, y punto y medio los depósitos a término para liberar recursos a la economía y hacer frente a los cambios financieros internacionales. Y tiene a mano el plan B para salir al paso a una posible reducción de las negociaciones -el mayor temor- con sus mayores socios comerciales, Estados Unidos y Venezuela: conquistar mercados en nuevos países y seguir incentivando la inversión extranjera, que este año ha crecido casi un 30%. -