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Entrevista:WALTER VELTRONI | Novelista y político italiano

"Los años del terrorismo son nuestro Vietnam"

El ex alcalde de Roma y jefe de la oposición en Italia, Walter Veltroni (Roma, 1955), además de secretario general del Partido Demócrata es periodista (fue director de L'Unità y crítico de cine en La Repubblica) y escritor. Ha publicado una biografía del pianista de jazz Luca Flores, un diario de viajes a África y un ensayo dedicado a Robert Kennedy. Como narrador, debutó en 2004 con Senza Patricio, cinco relatos con Argentina como telón de fondo, y en 2006 la novela breve La scoperta dell' alba, que ahora se edita en España como Cuando amanece (MR ediciones).

El libro cuenta la historia de un hombre de mediana edad cuyo padre desapareció de casa en los años setenta. El tipo, en plena crisis matrimonial, trata de explicarse qué pasó en los "años de plomo", mientras cuida de su hijo adolescente -gran amante de Calvino y del baloncesto, como Veltroni- y de su hija, que sufre síndrome de Down. Gracias a una visita a su vieja casa, y a una llamada mágica, descubre la amarga verdad y ordena su pasado.

"En aquellos años del plomo el odio se cortaba con un cuchillo"
"Hasta ahora Berlusconi se ha limitado a hacer propaganda"

La novela, que Veltroni presenta hoy en Madrid con su viejo amigo Fernando Savater, ha sido un best-seller en Italia, tan rentable que con los derechos de autor ha comprado un apartamento en Manhattan, donde ahora vive su hija mayor, que estudia cine en Nueva York. Veltroni está empezando una nueva novela ambientada en Estados Unidos.

Pregunta. ¿Cómo vivió usted los años de plomo?

Respuesta. Como un enemigo del terrorismo. No soy un tipo que sienta mucho odio por nadie, pero si hay una cosa que he odiado es el terrorismo. Tiene un fondo sustancialmente autoritario: quitar la vida a los otros con el ciego cinismo de quien fríamente decide que un juez, un político o un policía son sólo números que sumar a un proyecto loco de revolución. El terror robó a mi generación unos años preciosos. El odio se cortaba con un cuchillo, miles de jóvenes perdieron la vida, muertos o encarcelados. El único mensaje político de la novela es ése. La figura del padre es típica de aquellos años de violencia y cobardía.

P. ¿Cómo era la relación entre el PCI en el que usted militaba y las Brigadas Rojas?

R. De enemigos. Algunos brigadistas habían salido del partido en el 68, antes de que yo llegara. A veces pasaba lo que en la novela, de repente alguien desaparecía sin dejar rastro... Amigos de amigos... Nosotros queríamos lo contrario que ellos, creíamos en el Estado.

P. ¿Ha ajustado Italia las cuentas con ese pasado?

R. No, hemos sepultado esa fase sin razonar sobre ella. Aquel tiempo es nuestro Vietnam. Se han hecho muchas películas y libros, casi todos escritos por los propios terroristas, que no lo cuentan todo. Hay víctimas que no han hablado todavía, de izquierda y derecha. Se hizo justicia, pero ha habido demasiado espectáculo. Fueron años terribles, Italia era un país en blanco y negro. Cada noche en televisión había una noticia de un muerto, siempre llovía y estaba oscuro, no recuerdo un verano. El único color era el del fuego de los coches ardiendo.

P. Ahora muchos le critican por ser demasiado centrista.

R. Es paradójico: somos más fuertes que nunca, jamás habíamos tenido el 34% de los votos, y el momento histórico es el que es: la derecha lleva años ganando en todas partes. Pero creo que las cosas van a cambiar. Si Obama gana, cambiará el mundo, y una nueva estación se abrirá para el centro-izquierda.

P. ¿Piensa que ganará?

R. Creo que sí. Luego habrá que afrontar una situación muy difícil, esa reacción muy cerrada e individualista a la globalización, que tiende a ver al otro como un enemigo, que genera episodios de racismo... La crisis del 29 generó el new deal de Roosevelt y el fascismo de Hitler. Si América elige a Obama, será una gran ayuda para que la solución sea la primera y no la segunda. En Italia estamos consolidando una gran fuerza reformista para ser alternativa a Berlusconi.

P. Algunos dicen que demasiado despacio.

R. Hace un año que estamos aquí. Hemos hecho un partido, el estatuto, el símbolo, la televisión, la carta de valores... Si las elecciones salen como salieron, es difícil, pero estamos haciendo oposición de centro-izquierda, con sensibilidades distintas. Para mí es más cansado, pero prefiero un partido con muchas voces que esa cosa siniestra del PDL, habla Berlusconi y los demás callan. Quizá discutimos demasiado, pero vamos andando. Después de la manifestación del sábado, con 2,5 millones de personas, el PD es hoy mucho más fuerte. Los italianos empiezan a entender que Berlusconi, hasta ahora, sólo ha hecho propaganda.

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