Zapatero quiere ir a la cumbre del G-20 a forzar un debate ideológico
El presidente busca "un cambio profundo" junto a Brown y Lula
El presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha esgrimido ante la comunidad internacional argumentos macroeconómicos para reivindicar la asistencia de España a la cumbre de noviembre de Washington. Allí los países del G-20 (los ricos y los emergentes) debatirán sobre la crisis del sistema financiero internacional. Pero ayer, de puertas adentro, ante el Comité Ejecutivo del PSOE, Zapatero exhibió un argumento hasta ahora inédito, el ideológico. Insistió el presidente en que no todos los países del G-20 levantarán las mismas banderas. La que ondea Zapatero lleva consigo un "cambio profundo del modelo", frente a las que, camufladas bajo la intención de "refundar el capitalismo" no son proponen más que un mero maquillaje, según las expresiones de miembros de la ejecutiva que asistieron a la reunión. Zapatero volvió a exponer su teoría de que el sistema financiero internacional ha entrado en crisis porque se ha sostenido sobre bases endebles, por su alto riesgo, por la carencia de control y por haber sido manejado con altas dosis de avaricia.
En este contexto ideológico, el presidente citó al primer ministro británico, Gordon Brown, del Partido Laborista, y al presidente de Brasil, Inazio Lula da Silva, con quienes quiere unir esfuerzos al constatar que tienen una concepción muy parecida de por dónde deben ir los cambios en el sistema financiero mundial.
De hecho, la presencia de Zapatero en Washington ha estado avalada desde un primer momento por Gordon Brown, que no ha ocultado con ello su pretensión de reforzar la participación socialdemócrata en una cumbre de tanta trascendencia. Brown lo puso de relieve en la reunión que mantuvo con Zapatero el pasado 16 de octubre en Bruselas.
"Tiene ideas interesantes"
Allí mismo Brown reclamó al presidente norteamericano, George Bush, que invitara al presidente del Gobierno español a la cumbre de Washington, y señaló que España es "una gran economía" y su jefe de Gobierno tiene "ideas interesantes". No ocultó que entre esas ideas figuraba su coincidencia en que "se ha demostrado que la fiebre por reducir el papel del Estado no funciona".
Precisamente, Zapatero consideró ayer que el sistema actual ha entrado "en crisis total", según asistentes a la reunión de la ejecutiva, por lo que no puede haber un mero maquillaje cuando es imperioso "democratizar" las estructuras actuales. En la reunión subyacía el temor de que en Washington un bloque -aunque no se le puso nombre a los países que lo puedan integrar- intente "hacer que algo cambie para que todo siga igual", según un miembro de la ejecutiva del PSOE.
Estos interlocutores recuerdan que la socialdemocracia es minoritaria en Europa y aunque Zapatero manifestó su excelente relación con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, éste, en principio, podría estar alineado con las posiciones de Estados Unidos. Además de Zapatero y Brown, sólo el presidente Lula da Silva se alinea en la corriente socialdemócrata del G-20. El resto de los líderes de estos países responden a corrientes liberales y, como en el caso de China, a la ideología comunista. El G-20 lo componen la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Rusia, China, India, Brasil, México, Corea del Sur, Australia, Turquía, Indonesia, Arabia Saudí, Suráfrica y Argentina.
Los dirigentes socialistas animaron a Zapatero a reafirmar la ideología socialdemócrata. Así lo hicieron especialmente la responsable de Política Institucional y autonómica, Mar Moreno, y el responsable de organización, José Blanco, que tras la ejecutiva señaló que España debe estar en la reunión para "aportar una visión alternativa frente al modelo ideológico neoconservador que ha entrado en crisis. Más transparencia, más democracia", señaló Blanco.
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