La crecida del río Manzanares inunda un túnel de la M-30
El nivel del agua rebasa el límite de impermeabilización del cauce
Los túneles de la M-30 sufren los embates de las últimas lluvias, y eso que ayer no cayó ni gota de agua. El ramal que une la entrada por la autovía de Extremadura (A-5) con los túneles de la vía de circunvalación, justo debajo de la avenida de Portugal, tuvo que ser cortado por una filtración de agua procedente del río Manzanares que anegó gran parte de la calzada, según explicaron fuentes municipales. El problema obligó a desviar la circulación durante más de dos horas, en las que los conductores tuvieron que circular por el paseo de Extremadura para entrar en la M-30 o por el centro de la capital para llegar a la carretera de Castilla.
La vía de entrada desde la A-5 tuvo que ser cortada dos horas
Los carteles luminosos informaban a los conductores en plena operación salida del viernes, a las dos de la tarde, de que estaban cerrados los accesos desde la M-30 en la avenida de Portugal. Eso provocó que todo el tráfico de entrada desde la autovía de Extremadura fuera reconducido al centro de la ciudad, lo que provocó atascos y problemas a los conductores.
Según informaron fuentes municipales, al principio se trataba de una pequeña filtración que mojó la calzada en los ramales de acceso, pero el problema se fue complicando. El agua llegó a salir a borbotones, lo que obligó a cortar el tráfico para evitar que se produjeran accidentes. Los operarios de mantenimiento de la M-30 colocaron tablones en la pared para evitar el chorro de agua que anegaba toda la zona, según fuentes municipales. Fue una solución momentánea, porque el agua siguió saliendo. Esta vez filtraba por toda la pared y encharcaba igualmente la vía.
Agentes de la Policía Municipal y operarios de limpieza acudieron al lugar y desviaron la circulación hasta que se normalizó la situación, pasadas las cuatro de la tarde.
¿Por qué se produjo la filtración de los ramales? La respuesta apunta, según fuentes municipales, de nuevo a problemas de impermeabilización en el cauce del río Manzanares. Según esas fuentes, el cauce había sido protegido contra las filtraciones hasta una determinada altura. Las últimas lluvias han hecho que el río haya crecido y que el agua haya superado el nivel previsto inicialmente para la lluvia normal que cae en la capital. Como ha llovido durante los días finales de septiembre y parte del mes de octubre, el cauce ha superado ese límite.
El agua se ha filtrado y ha seguido "su salida natural", según fuentes municipales. Esa salida natural son los túneles de la M-30, que caen justo debajo del curso del río al final de la avenida de Portugal. Consecuencia: subterráneos anegados, riesgos para los conductores y cortes en la circulación.
Algunos automovilistas mostraron ayer por la tarde su enfado por los atascos sufridos y por tener que desviarse para llegar a la autovía de A Coruña, justo en un horario que hay mucha afluencia de tráfico. Grandes problemas tuvieron también los autobuses de la empresa De Blas que unen las localidades de la A-5, como Alcorcón o Móstoles, y que tienen por estos ramales el acceso al intercambiador de Príncipe Pío. Tuvieron que acceder al mismo por la plaza de San Vicente, ya en superficie.
El tráfico quedó restablecido a las cuatro de la tarde, después de que los operarios de mantenimiento colocaran sacos terreros en la zona de la filtración. Primero se abrió un carril y después el otro, con intervalos de varios minutos, hasta que se aseguró la zona.
Ésta es la segunda vez que la M-30 sufre cortes motivados por el agua en menos de dos meses. El 10 de septiembre, los túneles tuvieron que ser cerrados al tráfico a la altura del puente de Segovia. La fuerte granizada esa madrugada y la posterior tormenta motivaron, junto con la rotura de las bombas de achique, que la calzada se convirtiera en una improvisada piscina de miles de litros de agua.
Las ovejas cierran el centro
El centro de la capital quedará cortado mañana por séptimo domingo consecutivo. La celebración de la XV Fiesta de la Trashumancia, con el tradicional paso de un millar de ovejas tras el pago simbólico de 100 maravedíes, obligará a los conductores a desviar su trayecto.
La salida de las ovejas comenzará a las diez de la mañana desde la Casa de Campo. Tras pasar por el Puente del Rey y la glorieta de San Vicente, llegarán a los paseos de la Virgen del Puerto y Ciudad de Plasencia. Después subirán por la Cuesta de la Vega. Su recorrido continuará por la calle Mayor, la Puerta del Sol, la calle de Alcalá y la plaza de Cibeles.
Está previsto que se inicie el regreso a las doce del mediodía. Seguirá el itinerario de entrada, pero en sentido contrario.
El Ayuntamiento de Madrid recomienda el uso del transporte público, en especial el metro, para ir a ver el paso de las ovejas. En caso de utilizar el vehículo, para ir hacia la zona sur o hacia el norte se pueden tomar la calle del Príncipe de Vergara y la avenida de Menéndez Pelayo. Otra opción es escoger la M-30.
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