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Reportaje:

Brasil pasa de crisis

El país suramericano elude (por ahora) el huracán financiero aislándose de los problemas de las economías desarrolladas

"La economía de los papeles estaba sometiendo a la economía productiva. Esto se tiene que acabar". Las palabras de Luiz Inácio Lula da Silva en su visita a España explican perfectamente las razones que han permitido que Brasil se mantenga al margen de una crisis económica internacional. En la última década el país ha logrado aislar su economía de muchos de los problemas del resto del mundo, apostando por la producción propia y por potenciar empresas locales en servicios y materias primas. De esta manera, manufacturas, electricidad y agricultura han crecido medias del 5% durante el último año.

¿Resultado? Brasil ha logrado reducir el peso de sus exportaciones a menos del 10% del PIB. El país sigue vendiendo productos al exterior, pero siempre a un ritmo inferior al crecimiento económico, lo que le permite minimizar el impacto si es que sus clientes preferentes como EE UU o Europa entran en recesión. Las exportaciones crecieron un 6,6% en 2007, mientras que las importaciones se han elevado en torno al 20,7%. En cualquier caso, las ventas siguen siendo superiores a las compras.

El consumo privado creció un 6,5% en 2007, el dato más alto de la década

En el plano de las inversiones, la formación bruta de capital ha crecido un 13,4% en 2007 y un 10% en 2006, aunque cada vez dependiendo menos de la inversión extranjera y más de la nacional. Los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indican que en 2007 la inversión extranjera directa llegó hasta los 27.500 millones de dólares, y las cifras del Ejecutivo revelan que las inversiones anunciadas en ese mismo año, incluyendo compañías locales, llegaron hasta los 400.000 millones de dólares.

Esta nueva correlación de fuerzas ha permitido además el despegue del consumo interno, abastecido casi en exclusiva por compañías locales que cada vez deben buscar menos clientes en el extranjero. De esta manera, en 2007 el consumo privado creció un 6,5%, el dato más alto de la década. Todas estas cifras han permitido un crecimiento pocas veces visto en Brasil. Y es que mientras todos los países desarrollados verán caer su PIB durante este año y el próximo, la economía brasileña crecerá un 5,1% en 2008 y un 3,3% en 2009, según previsiones de distintos analistas.

No obstante, esto no significa que la crisis económica no vaya a afectar a Brasil, como así lo han demostrado las sucesivas reducciones en las previsiones de crecimiento de organismos públicos y privados. Según los analistas, este dato sólo quiere decir que el impacto será acotado y de momento no impedirá que el país siga su tendencia alcista. De esta manera, el probable 3% de 2009 interrumpirá los excelentes datos de los dos últimos años, pero estará en la línea del crecimiento de 3,2% pronosticado por la CEPAL para toda Latinoamérica.

El principal problema pueden ser los precios. Para 2009 la inflación esperada es del 4,8%, por encima de la previsión anterior del 4,7%. No obstante, las autoridades económicas señalan que los precios están bajo control porque el efecto de los combustibles ya se ha disipado. En cualquier caso, Brasil ha sido uno de los pocos países que han decidido elevar el precio del dinero para controlar este indicador. El Comité de Política Monetaria del Banco Central subió la tasa de interés referencial (Selic) en 75 puntos básicos este mes, a un 13,75%.

Cadena de montaje de General Motors en la ciudad brasileña de São Caetano do Sul.
Cadena de montaje de General Motors en la ciudad brasileña de São Caetano do Sul.BLOOMBERG

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