Una cárcel para las más jóvenes
María (nombre supuesto) sonríe, mientras sostiene en brazos a su hijo, de tan sólo tres meses. Es delgada y alta. Lleva el pelo recogido en una cola de caballo. Le cuesta hablar y lo hace, con un fuerte acento del Este. Llegó a España huyendo de la pobreza que sufría en su país, Croacia. Está contenta.