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Ridley Scott regresa al futuro 26 años después

El creador de 'Alien' y 'Blade runner' adaptará una novela de ciencia-ficción del autor estadounidense Joe Haldeman

Toni García

"Yo ya era famoso, tenía dinero y una gran reputación. No necesitaba meterme en este proyecto. Yo era el director de Alien". Así hablaba un director de cine llamado Ridley Scott en 1982 de su experiencia con Blade runner, cuando a aquel filme de ciencia ficción lo estaban masacrando crítica y público.

Veinticinco años después, en pleno festival de Venecia, celebrando la salida del montaje definitivo de una película convertida ya en clásico indispensable, y a la pregunta de si algún día pensaba volver a meterse en el cine de ciencia-ficción, "a hacer algo de género", Scott se rascó la barba, sonrió y dijo: "Ya veremos". La cosa no daba para ningún titular, pero algo había.

Ahora sí, Scott ha pasado de decir "ya veremos" a afirmar que llevará a la gran pantalla la excelente novela de Joe Haldeman La guerra interminable (Edhasa) y que acabará con una sequía del género, que duraba ya demasiado, para firmar su tercera película en el campo temático que más alegrías le ha dado.

Haldeman, nacido en Oklahoma en 1943, veterano de Vietnam, profesor en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) y reconocido novelista de fantasía y ciencia-ficción, cuenta en el libro la historia del soldado William Mandella, un hombre metido en una larga guerra contra una raza alienígena a la que denominan Taurinos.

En realidad, a Haldeman lo que le interesa, más que la guerra en sí misma, son sus consecuencias, el paso del tiempo y el barrizal del conflicto. Esos y no otros son los auténticos protagonistas de la novela.

La obra es un clásico de la literatura antibelicista al estilo Robert Heinlein (Starship troopers). Pero con una lectura muy distinta, pues se sitúa en el marco de una sociedad militarizada donde la élite debe engrosar las filas del Ejército. La historia interesó a Scott ya hace más de dos décadas. Él mismo lo reconocía a Variety hace unos días: "Ésta debía ser mi siguiente película tras Blade runner pero las cosas nunca salen como uno piensa, así que he tardado un poco más".

Con el beneplácito del estudio Fox 2000, sólo quedaba la reacción del escritor, quien se mostró en sus declaraciones más hablador que Scott: "Espero impaciente la llamada de mi agente para decirme que me han encargado el guión de la obra, aunque creo que tengo más probabilidades de que me ofrezcan el papel de actriz principal", comentaba Haldeman a través de su diario personal, que puede seguirse en http://webnews.sff.net. "Creo que nadie quiere oírme gritando: '¡no es eso lo que quería decir, zoquete hollywoodiense!'". Al parecer, confiesa el propio escritor, el proyecto estaba ya a punto de caramelo desde noviembre de 2007, pero la oficina de Scott le advirtió de que debía guardar silencio hasta que el director emitiera un comunicado al respecto. "Supongo que ya puedo hablar", remata Haldeman con sorna desde el ciberespacio.

La pregunta del millón de dólares es si podrá Ridley Scott, que en los últimos años ha firmado películas como Tormenta blanca, La teniente O'Neill, Gladiator o American gangster, igualar su propio listón y crear una obra de ciencia-ficción a la altura de las precedentes Alien y Blade runner. Dicen que a la tercera va la vencida. Esperemos que no se equivoque el dicho.

Ridley Scott charla con Harrison Ford durante el rodaje de <i>Blade runner </i><b>en 1982</b>.
Ridley Scott charla con Harrison Ford durante el rodaje de Blade runner en 1982.

Un discurso demoledor

Forever war (traducida en España como La guerra interminable) se publicó por primera vez en Estados Unidos en 1974, cuando la guerra de Vietnam daba sus coletazos y el país tropezaba consigo mismo. El manuscrito original había corrido por un sinfín de editoriales: nadie lo publicaba porque estaba escrito por un veterano de una guerra, presentaba a hombres y mujeres cohabitando (en toda la extensión de la palabra) en combate y tenía un demoledor discurso antibelicista. A pesar de todo, finalmente la novela vio la luz, haciéndose con los premios más importantes: el Nebula en 1975 y el Hugo en 1976. Posteriormente, Haldeman escribió una secuela, Forever free, inédita en español y un tercero, Paz interminable (Ediciones B).

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