"Sólo pido que se reconozca que a mi abuelo lo asesinaron"
En México, donde ha vivido toda su vida, es la directora de la prestigiosa escuela Luis Vives, fundada por los exiliados españoles tras la Guerra Civil. En Cataluña, para mucha gente, sigue siendo la nieta del presidente mártir. El abuelo de Maria Lluïsa Gally (México DF, 1942) fue Lluís Companys, el presidente de la Generalitat fusilado por las autoridades franquistas hace hoy 68 años.
Gally ha regresado esta semana a España para iniciar los trámites de reparación de la figura del ex presidente en los términos que prevé la ley de Memoria Histórica. Confía, hablando con EL PAÍS, que el expediente de su abuelo se resolverá "antes de tres meses". "Es un primer paso", dice Gally. "Lo que queremos es que se anule el juicio, que se diga claramente que mi abuelo fue juzgado sin ninguna garantía y que fue asesinado".
La empresa no es fácil, pues la ley no habla de anular juicios. "Tampoco lo impide", recuerda Gally, que lleva bien estudiado el texto. Rechaza los argumentos de quienes opinan que lo único que se conseguiría anulando juicios como el de su abuelo sería reabrir heridas cerradas. "Para que una herida cicatrice bien antes tiene que limpiarse bien".
Gally participará hoy en el homenaje que cada año se hace a Companys en el Fossar de la Pedrera, el lugar donde fue abatido a primera hora de la mañana del 15 de octubre de 1940. Será la primera vez que acuda al homenaje. "Hasta hace pocos años no era fácil, ¿sabe?, mi abuelo quedó en un rincón de la historia". Tras la ofrenda floral regresará a México, asegura que más tranquila. "Mi madre nunca nos habló mucho de lo sucedido, tampoco de política, pero tras 30 años de democracia en España ya es hora de ordenar este rincón de la historia".
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