Un violador confiesa diez agresiones en Gran Canaria
Niega saber nada de los dos niños desaparecidos en la isla
El supuesto violador en serie detenido el pasado sábado en Las Palmas de Gran Canaria cometió más de una decena de delitos sexuales, en algunos casos violaciones y en otros, agresiones, en los últimos cinco años, según su propia confesión. Pero el arrestado ha negado cualquier vinculación con los casos de los dos niños desaparecidos en la isla de Gran Canaria, Sara Morales y Yeremi Vargas, según fuentes de la investigación.
Está previsto que el detenido, de 47 años, casado y padre de dos hijos, pase hoy a disposición judicial, tras haber declarado el pasado fin de semana en dependencias policiales, cuando además se registró su domicilio.
La investigación que ha conducido a la detención de este sospechoso comenzó hace más de un año y se activó por la denuncia de una mujer alemana que fue agredida en la isla de Fuerteventura, a donde el detenido acudió para trabajar como albañil.
Desde entonces, agentes de la unidad Greco de la Policía Nacional, que se habían desplazado hasta Gran Canaria para investigar los casos de los dos niños desaparecidos, se hicieron cargo de las pesquisas que han conducido a esta detención. De hecho, fuentes policiales han confirmado que también contaban con un retrato robot del agresor.
La furgoneta blanca
El arrestado es propietario de una furgoneta de color blanco, hecho que coincide con el contenido de diversas denuncias de intentos de rapto a menores presentadas el año pasado en Gran Canaria y que provocaron una gran psicosis en la isla.
Tanto la Delegación del Gobierno en Canarias como fuentes de la investigación optan por la cautela y no vinculan expresamente a este detenido con los dos niños desaparecidos, aunque reside en las proximidades del barrio de La Feria de la capital grancanaria, muy cerca de Escaleritas, donde vivía y de donde desapareció la adolescente Sara Morales, que tenía 14 años.
En cambio, prácticamente se descarta que este agresor sexual pueda haber participado en el secuestro del niño Yeremi, Vargas, de siete años, ya que que todas sus víctimas han sido mujeres adultas o adolescentes.
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