Nadie intervendrá para mantener viva a Eluana
La italiana, en coma desde hace 16 años, no será atendida ni recibirá transfusiones tras sufrir una grave hemorragia interna
Eluana Englaro, la mujer italiana que lleva 16 años en coma vegetativo, sufrió la madrugada del domingo una grave hemorragia interna que remitió de forma espontánea en las horas siguientes. Su padre, Beppino Englaro, acordó por primera vez con los médicos de la clínica de Lecco, al norte de Milán, la forma de actuar. No se intervendrá para salvarla ni se le harán transfusiones. Ayer, la "purasangre de la libertad", como la llama su padre, estaba de nuevo estable. Según el parte médico, los próximos tres días serán claves para conocer su destino. "Está estable y los médicos no pueden hacer previsiones", explica Beppino Englaro, el padre de Eluana. "Todo es posible, tanto que se recupere lentamente de la hemorragia como que las cosas se precipiten".
Puede morir antes de que la justicia vea el recurso que impide desconectarla
Se trata de un caso de "violencia terapéutica", asegura su padre
El caso Englaro es una larga batalla jurídica que se prolonga desde hace 12 años y debe terminar el 11 de noviembre, fecha prevista por el Tribunal de Casación para decidir sobre el recurso de la fiscalía contra la sentencia del Tribunal de Apelación de 9 de julio pasado, que autorizó a desconectar la sonda que alimenta e hidrata a la mujer.
Ahora, la duda estriba en saber qué pasará si Eluana muere antes del 11 de noviembre. Según explica su cuidadora legal, la abogada Franca Alessio, "Casación podría pronunciarse sobre el recurso de la fiscalía general o no hacerlo, pero en todo caso los principios de derecho no están en duda". En el caso de que Eluana siga agarrada a la vida, "como se acaba la instancia judicial, la sentencia deberá ser ejecutada", dice Alessio. Antes, la región de Lombardía debería "revocar el ilegítimo procedimiento administrativo" que prohíbe desconectar la sonda que mantiene viva a Eluana en los hospitales de la región.
Luego, según Englaro, la sentencia debería traspasar el ámbito italiano. "Vincula la libertad individual al principio constitucional de la no discriminación", explica. "Nadie había llegado antes tan al fondo. Dice que no somos un Estado confesional ni ideológico, sin un Estado de derecho. Y todos los Estados de derecho deberían adoptarla".
Englaro, ex manager técnico comercial, de 67 años, se dedica desde 2003 a tiempo completo a defender el derecho de su hija y a cuidar a su mujer, Saturna, que cayó enferma de cáncer un año después del accidente de coche que dejó en coma a Eluana. "Vamos a luchar hasta el final esta batalla de libertad. Han sido muchos años de tormento. Desde el accidente han pasado 6.114 días: 16 años, 8 meses y 24 días. Pero es lógico que haya sido duro", explica. "Es la primera vez que la sociedad italiana se enfrenta a un caso como éste, que pone en juego la vida y la muerte y la libertad fundamental de la persona".
El derecho de todo paciente a renunciar a los cuidados médicos quedó sentado en una sentencia histórica del Supremo, que el 16 de octubre de 2007 estableció que los enfermos carentes de la capacidad de entendimiento tienen derecho a no ser sometidos a curas si han expresado esa voluntad de forma inequívoca. "Eluana lo hizo, lo hablamos los tres y siempre tuvo eso muy claro. La sentencia reconoció que nadie puede obligarla a vivir sin límite de manera antinatural. No se trata de eutanasia, sino de una cuestión de civilización, de cultura. En el caso de Eluana no hablamos de encarnizamiento terapéutico, sino de violencia terapéutica, de reanimación a toda costa. La sentencia dice que nadie puede arrogarse el derecho a prolongar artificialmente la vida".
La ejecución de la sentencia se ha ido aplazando por diferentes motivos. En agosto, la mayoría de centro-derecha del Parlamento italiano planteó una consulta de competencias al Tribunal Constitucional, alegando que es el legislador, no los jueces, quien tiene atribuciones para decidir sobre el destino de Eluana. Esta semana, el alto tribunal tumbó la consulta y dictaminó que la magistratura es competente.
"Cuando todo esto acabe, el Parlamento tendrá que legislar", afirma Englaro. "No le quedará otra, nada será como antes. El Supremo y el Constitucional han hablado, y habrá que poner a la luz del sol lo que sucede a escondidas en todos los hospitales. La sentencia explica que los médicos no pueden cancelar el derecho a la libertad de nadie".
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