_
_
_
_
_
Reportaje:

'Piratas' a la vista, desalojen el cine

Hollywood intensifica los blindajes para impedir las copias ilegales de películas

Toni García

Un total de 240 millones. Ése es el número de películas que se descargaron en España entre mayo de 2007 y el mismo mes de 2008. El pasado mes de abril, la revista Variety -el instrumento básico para hacer negocios en Hollywood- anunciaba que España había sido añadida a la lista negra de la United States Trades Representative (USTR), un organismo gubernamental dedicado a la protección de los derechos intelectuales estadounidenses en el mundo. ¿El motivo? "La falta de voluntad de la Administración en la aplicación de las leyes", entre otras minucias. En la lista están otros países como Uzbekistán, Vietnam, Filipinas, Kuwait, la República Dominicana o Malaisia.

Segunda parte. Sitges, domingo 4 de octubre, 10.30. El festival presenta la película Repo! The genetic opera, una producción de la compañía Lionsgate que amenaza con convertirse en película de culto y que aún no ha sido estrenada comercialmente en ningún lugar del mundo. Y el pase en Sitges era importante porque era el primero de cierta entidad. Ángel Sala, director del certamen, aparece de improviso en la sala, toma el atril y pide a los asistentes que salgan del cine. Podrán volver a entrar en 45 minutos. Tres cuartos de hora después se anuncia oficialmente que el pase ha sido suspendido por "falta de medidas de seguridad".

En Sitges se anuló el pase de un filme por la falta de medidas de control
Warner extremó la vigilancia con Harry Potter. Retrasó el pirateo cuatro días
En los preestrenos se utilizan arcos de seguridad y gafas de infrarrojos

Probablemente, es la primera vez en la historia de los festivales de cine que alguien se atreve a anular una proyección por miedo a la piratería. "A las multinacionales les ha entrado la psicosis", se comenta en los corrillos con evidente cabreo.

"Esto no es ninguna psicosis, es una cosa muy seria. En Internet se hacían apuestas para saber cuánto tardaría alguien en colgar la película en la Red", cuenta Álvaro Curiel, director de marketing de Walt Disney Studios Motion Pictures Spain (WDSMPS), que distribuye Repo! en España. Para aseverar sus palabras exhibe un documento. En la parte superior de una hoja se puede leer: "Número de descargas de Encantada", una película que se estrenó el año pasado con enorme éxito. Debajo, un número: 3.723.504. Las veces que se ha descargado la película en todo el mundo. En el centro de la hoja, un quesito con los porcentajes de descargas, divididos por colores y países. España encabeza la clasificación por varias cabezas, un 24%. Sólo Francia parece seguirnos.

La piratería se nos ha colado en la fiesta y no hay quien pueda con ella: las campañas "cívico-educativas" no dan resultado, la ley es de las más permisivas de Occidente y a los descargadores les importa un pito que el número de espectadores haya bajado en más de 30 millones desde 2004 (analizar sus motivos y los de los cinéfilos en fuga sería un tema aparte). El penúltimo recurso es pisar a fondo el pedal de la seguridad, pero ¿a qué precio?

"Gafas de infrarrojos, arcos de seguridad, detectores de metales... Hoy en día eso es lo normal en un pase de prensa o un preestreno, porque ahí es cuando la película está más expuesta. Cuando todavía no está en la calle", explica Javier Vasallo, presidente-director general de WDSMPS. Los periodistas (y en ocasiones los invitados a los preestrenos) son registrados, obligados a dejar el móvil en la entrada y controlados -ya en el interior de la sala- por personal de seguridad que les observa provistos de aparatos de visión nocturna. "En todas partes cuecen habas", afirman Curiel y Vasallo. "Sabemos que la gran mayoría son gente honrada, pero están surgiendo demasiados medios nuevos y es imposible poner la mano en el fuego por todo el mundo".

Para los festivaleros, como José Luis Rebordinos, del comité de selección de San Sebastián y organizador de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de esta ciudad, que se celebra a finales de este mes, "el problema existe y tenemos que lidiar con él: creo que si todos procedemos con corrección, hacemos las cosas con tiempo y procuramos entendernos, no tendremos ningún problema. En la edición de este año pasaremos Repo! y ya nos han advertido sobre las medidas de seguridad. Las cumpliremos procurando molestar lo menos posible al espectador". Otra multinacional estadounidense afincada en España, cuyo portavoz prefiere guardar el anonimato, afirma: "Nosotros incluso enviamos personas de paisano a los pases más conflictivos y hemos empezado ya hace tiempo a señalar las copias con marcas de agua, no sólo en imagen sino también en sonido. Eso nos permite determinar en qué cine se ha grabado la copia con total exactitud".

Las medidas de seguridad, comparables a las de un aeropuerto, han empezado en los últimos tiempos a soliviantar a buena parte de la crítica. "Esta especie de psicosis de las distribuidoras a veces parece más impostada que real. Todos colaboramos en una especie de teatrillo. A la incomodidad que provocan en los periodistas que van a ver los pases de prensa, cada vez más exclusivos y cada día más cercanos a la fecha del estreno (algo que dificulta cada día más el trabajo de la prensa, y el de las revistas, que trabajan con más tiempo, mucho más), se le añade el hecho de que todo el mundo, distribuidores y periodistas, saben, sabemos a ciencia cierta que, pese a las medidas que se tomen, la película aparecerá pirateada igualmente", cuenta Carlos Marañón, director de la revista Cinemanía.

Otros, como Toni Ulled, que desempeña el mismo cargo en la competencia, Fotogramas, se lo toma con más filosofía: "Es lógico y natural, (...) no es que haya psicosis, hay una situación de extrema gravedad, en la que las productoras dejan de ingresar una serie de dinero que, entre otras cosas, serviría para financiar futuros filmes".

José Manuel Tourné, director general de la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual (FAP) es rotundo. "La seguridad sirve", destaca. "Warner utilizó por primera vez esas medidas a nivel mundial con el estreno de la última entrega de Harry Potter. En lugar de las habituales 24 horas, la película tardó cuatro días en llegar a la Red. Eso significa que funciona". Lo de psicosis le suena a chino. "El 92% de las grabaciones que llegan a Internet se hace en salas de cine. Es obvio que reforzar la seguridad es una buena medida pero en lo que se está trabajando con más fuerza es en fabricar copias que no puedan ser grabadas. Porque lo de controlar a todos los espectadores es absolutamente imposible".

Y en ese punto, el espectador, parecen coincidir todos: intentar aplicar las máximas de control de seguridad que sufre la prensa al ciudadano de a pie perjudicaría aún más a un negocio en apuros. Así pues el público podrá seguir disfrutando en libertad de sus películas preferidas. Del futuro ya hablaremos.

FERNANDO VICENTE

Las cifras cantan

- Películas pirateadas. El porcentaje de cintas copiadas en salas comerciales se eleva al 92%.

- 240 millones. Es el número de descargas entre mayo de 2007 y mayo de 2008 en España.

- Descargas. El aumento previsto de descargas para 2009 en España es del 25%, es decir, 300 millones de descargas.

- Lista negra. Los países incluidos en la Priority Watch List (lista elaborada por EE UU, que establece aquellos en los que la piratería tiene más impacto) son: China, Rusia, Argentina, Chile, India, Israel, Pakistán, Tailandia y Venezuela.

- Ingreso de España. Ha sido el último país incorporado a la lista que registra la desprotección de los derechos intelectuales.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_