Más de la mitad no va ni al juzgado

El detalle de la estadística judicial contiene muchos matices. De los 21.219 detenidos en los primeros siete meses de este año, 12.132 ni siquiera fueron enviados al juzgado de guardia y quedaron en libertad tras pasar por comisaría. De los 9.087 restantes, 7.843 fueron puestos en libertad por el juez y sólo 1.244 acabaron en la cárcel.

"Yo no creo que haya mala fe, pero muchas detenciones podrían evitarse. Es una figura que debería reservarse para los casos verdaderamente graves", explica el abogado Jaume Asens. En su opinión, no está justificado, por ejemplo, que sistemáticamente sean detenidos los okupas sin que haya existido violencia en el desalojo. En otros casos, Asens explica que los Mossos d'Esquadra califican de delito un hecho que en realidad es una falta, como atentado a la autoridad. "Luego van al juzgado y las cosas quedan en su sitio".

El portavoz de los Mossos explica que un gran número de detenidos lo son por delitos de tráfico y que muy pocos acaban en prisión. "Pero la ley obliga a detenerlos", precisa. En su opinión, la eficacia policial y el dispositivo de verano de la Guardia Urbana explican el incremento.

El juez razona que una parte de los carteristas de hace años han evolucionado hacia otras formas de delincuencia y ahora cometen robos con intimidación o violencia. Eso y que cada vez hay más extranjeros sin arraigo que delinquen. En casos así, los jueces acuerdan la prisión; pero, con todo, las cifras son estables.