Irlanda duda si ampliar a bancos extranjeros su garantía de depósitos
Londres advierte a Dublín que la medida supone un problema para el Reino Unido
El Gobierno de Irlanda podría ampliar su protección de los depósitos bancarios a algunas entidades extranjeras con redes comerciales en el país. La decisión de garantizar durante dos años la totalidad de los depósitos bancarios y ciertos tipos de bonos y deudas de los seis grandes bancos nacionales del país ha generado malestar en otros Estados de la Unión Europea y sobre todo en el Reino Unido, que teme una huida masiva de capital al país vecino.
El Gobierno irlandés asegura que cumple las reglas de la libre competencia
La legislación que introduce esa protección desde la media noche del pasado día 29 de septiembre fue aprobada ayer por las dos cámaras del Parlamento irlandés tras un debate que empezó a las once de la mañana del miércoles y concluyó a las siete de la mañana de ayer. La medida obtuvo no sólo el apoyo de los partidos del Gobierno, sino también de la oposición, con la notoria excepción del Partido Laborista porque se opuso a "dar un cheque en blanco". La ley fue firmada a primera hora de la tarde por la presidenta Mary McAleese.
En el debate parlamentario, el ministro de Finanzas, Brian Lenihan, pareció dar por seguro que el Ulster Bank, filial del británico Royal Bank of Scotland (RBS), también podrá beneficiarse de esa protección. Otros bancos extranjeros que operan en la república también quieren ser incluidos, como la filial irlandesa del también británico HBOS, el danés NIB y el belga IIB.
Según el diario londinense The Guardian, el ministro británico del Tesoro, Alistair Darling, llamó dos veces a su homólogo irlandés para hacerle ver que la medida "supone un problema para el Reino Unido" y pedirle que incluya entre los beneficiarios a las entidades financieras británicas.
En declaraciones al diario Financial Times, Brian Lenihan replicó ayer que Dublín se ha inspirado en la legislación protectora aplicada por Londres para evitar el colapso del banco Northern Rock y asegura que su Gobierno ha tenido en cuenta la legislación europea sobre la libre competencia.
Sin embargo, el Gobierno británico impuso en su día restricciones comerciales al Northern Rock para impedir que su privilegio de tener la garantía del Estado suponga una ventaja frente a otras entidades. Por ejemplo, el Northern Rock no puede superar una cuota del 1,5% de los depósitos de la banca británica.
Ayer, sus gestores cerraron la puerta a la apertura de cuentas de ahorro por parte de nuevos clientes ante la avalancha de nuevos depositarios que está viviendo la entidad en los últimos días. No sólo desde que Irlanda ha protegido a sus bancos, sino desde que la crisis de HBOS ha hecho pensar a los británicos que ni siquiera los grandes bancos son ya seguros y buscan refugio en entidades que tienen la garantía del Estado.
Las quejas británicas sobre competencia desleal contrastan, sin embargo, con las apelaciones al interés nacional que ha invocado el primer ministro, Gordon Brown, al promover la fusión entre el inestable HBOS y Lloyd's TSB con la promesa de que la fusión no será investigada por las autoridades a pesar de que el banco fusionado tendrá una posición dominante en el mercado hipotecario contraria a la actual legislación sobre la competencia.
La medida irlandesa supone también una presión sobre Gordon Brown para que apruebe una medida semejante. Pero el primer ministro ha descartado esa posibilidad y ha anunciado que, cuando el tiempo lo permita, aumentará de las actuales 35.000 libras a 50.000 (de 47.000 euros a 67.000) la garantía del Estado sobre los depósitos bancarios de los ahorradores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.