Montilla pide negociar la financiación con firmeza pero sin maximalismos
El presidente anuncia austeridad y admite que la crisis retrasará medidas sociales
Se acabaron los órdagos, los ultimatos y las declaraciones de trazo grueso. El presidente de la Generalitat, José Montilla, preparó ayer el escenario para el acuerdo en materia de financiación autonómica al asegurar que su Gobierno defenderá con firmeza pero "sin maximalismos" lo que establece el Estatuto catalán. Montilla quiso enterrar así en el debate de Política General del Parlamento catalán un verano marcado por el enfrentamiento abierto con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Montilla dibujó un panorama de crisis galopante, llamó a los catalanes a "trabajar" y les advirtió de que las vacas flacas impedirán aplicar en el plazo previsto parte de su programa social.
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En dos horas de discurso, Montilla insistió en que no se puede restar gravedad a la crisis económica. "Ésta no será ni leve ni breve", dijo. No vinculó directamente la crisis con las negociaciones sobre la nueva financiación de la Generalitat, pero sí insistió en que Cataluña tiene problemas graves para afrontar las medidas sociales que requiere la crisis. De hecho, ya avanzó que los presupuestos serán "austeros", con o sin nueva financiación. Lamentó que los "beneficiarios" del actual sistema de financiación utilicen con "mala fe" el replanteamiento de la solidaridad interterritorial que plantea el Estatuto. Pidió una financiación "justa". "Lo que no puede ser es que los ciudadanos de Cataluña, que realizan colectivamente un mayor esfuerzo fiscal, sean, encima, penalizados", argumentó.
El discurso de Montilla estuvo plagado de llamadas a Convergència i Unió para que no boicotee un eventual pacto de financiación. Dijo que no le temblarán las piernas a la hora de rechazar un mal acuerdo, pero que su Gobierno defenderá a pies juntillas el pacto si éste es favorable a Cataluña. Y lanzó una última advertencia a los nacionalistas: "Nadie ganará nada sobre la base de una hipotética frustración colectiva".
Y es que en el Gobierno sigue preocupando que Convergència i Unió, planteando reivindicaciones fuera del Estatuto, pueda arrastrar a Esquerra Republicana hacia posiciones extremas como ocurrió con la negociación estatutaria. Montilla dibujó qué sistema de financiación quiere, con algunos guiños a CiU, pero evitó utilizar términos que sí usan los nacionalistas y que no están incluídos en el Estatuto.
Montilla dedicó tres cuartas partes de su intervención a la actual situación política y a defender su gestión. El presidente quiso dejar para el final todo lo relativo a la financiación en un intento de que este asunto no monopolice el debate que hoy continuará con la intervención de todos los grupos. Culminó su exposición con una apelación al trabajo bien hecho, a hablar menos y a actuar más. "Demasiadas veces perdemos la fuerza por la boca". Esta frase y sus reiteradas referencias a que Cataluña será lo que modelen, con esfuerzo sus ciudadanos, trasladó mentalmente a más de uno de los presentes en el hemiciclo a los años del pujolismo. De hecho, Montilla no tuvo reparos en citar al ex presidente Jordi Pujol y sus recientes alabanzas al aumento del gasto en investigación y desarrollo.
Hoy, y sobre todo en la votación de las resoluciones de mañana, se verá si el tripartito está engrasado o si tiene problemas de coordinación. Ayer Montilla evitó los asuntos que en estos momentos enfrentan a los partidos del Gobierno. Pasó de puntillas por la ley de Educación que impulsa el consejero Ernest Maragall y de la que Iniciativa ya se ha desmarcado por considerarla demasiado blanda en el apoyo a la enseñanza pública. Tampoco hubo referencias a infraestructuras como el Cuarto Cinturón.
Las frases del presidente
- "La crisis no será ni leve ni breve (...) la sufrirán las familias y las empresas".
- Algunas medidas sociales se retrasarán por la crisis. "Lo haremos todo, sí, pero a lo mejor un poco más lentamente de lo que nos gustaría".
- Solidaridad con límites. "Lo que no puede ser es que los ciudadanos de Cataluña, que realizan colectivamente un mayor esfuerzo fiscal, sean, encima, penalizados".
- Aviso a Zapatero. "No es aceptable una fórmula que prescriba como dogma de fe que la Administración central deba gestionar como mínimo el 50% del gasto financiero".
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