El cine es mujer

Hoy se entregará a Meryl Streep el Premio Donostia en el Festival de San Sebastián. Premio a una actriz antidiva, camaleónica y sensible, que hará historia. Culminará así un festival marcado en buena parte por la presencia femenina. No hay más que oír los aplausos que aún provoca la frecuente presencia en la calle de la veterana actriz francesa Tsilla Chelton -90 años- que ha admirado con su trabajo en la película turca La caja de Pandora; la Chelton comenzó su carrera con La guerra de los botones en 1962, y desde entonces no ha cesado de trabajar, incluida una película española, La adúltera, de Roberto Bodegas, en 1975. O los comentarios que se siguen oyendo sobre la actuación de la actriz de mediana edad Melissa Leo en la película norteamericana Frozen River. O la emoción con que aún se recuerda la ovación cerrada de varios minutos, público en pie, con que se acogió la proyección de noche de la película española El patio de mi cárcel, en la que un conjunto de excelentes actrices jóvenes -entre otras Verónica Echegui, Violeta Pérez, y la más madura Ana Wagener- emocionaron hasta las lágrimas...

Los actores han tenido una presencia menos brillante, al margen de los premios a Banderas y Bardem. Quizás el jurado destaque en su palmarés al danés Ulrich Thomsen, ya premiado en un anterior Festival de San Sebastián, que inquieta con su nuevo trabajo en el drama psicológico No me tengas miedo, o al palestino Mohamed Bakri que en El cumpleaños de Laila sirve de hilo conductor de una Palestina ocupada y en continua tensión, o puede que el jurado se incline por el británico Colin Firth y su trabajo en Genova, el melodrama de Winterbottom, aunque no sea precisamente en esta película donde el actor realice su mejor trabajo. Nunca se sabe: las decisiones del jurado no tienen por qué ir en esta dirección. Por cierto, que Firth podría toparse en cualquier lugar del festival con Streep, con quien compartió reparto en Mamma mía, musical en el que ambos estuvieron a la altura.

Las protagonistas de la sección oficial han sido mujeres. Hasta en la ceremonia de inauguración, Belén Rueda y Edurne Ormazábal se metieron al público en el bolsillo cantando el estribillo de una canción de Aute. No sé por qué hay tantas actrices que declaran con frecuencia que en las películas no suele haber buenos personajes para ellas. En San Sebastián se ha demostrado lo contrario, y para cualquier edad.