El acuerdo de los bateeiros irrita a la industria, que dejará de comprar mejillón
Los conserveros aseguran que los precios se elevarán entre un 8% y un 20%
El conflicto del mejillón está lejos de arreglarse, a pesar del pacto suscrito por los productores agrupados en Pladimega con una de las asociaciones que se negaba a integrarse en la plataforma, la Federación Arousa Norte. Si por la mañana la conselleira de Pesca, Carmen Gallego, felicitaba al sector por el "magnífico acuerdo", por la tarde, el secretario de la asociación que agrupa a los fabricantes de conservas (Anfaco) daba por terminada la campaña de este año. "Han subido los precios unilateralmente entre un 8% y un 20%. No vamos a comprar un mejillón más", advirtió Juan Manuel Vieites. Y no se quedó ahí su aviso: "Hay 2.000 puestos de trabajo que no se han cubierto esta campaña y se preparan regulaciones de empleo en varias empresas. Mañana mismo [por hoy] se presenta un ERE en una fábrica que afecta a 37 trabajadores".
En los próximos días, las empresas conserveras enviarán al Tribunal de Defensa de la Competencia de Bruselas un informe que, según Vieites, "demostrará que este acuerdo limita la competencia y abre la puerta a la entrada de producto de otros países".
En los muelles, la alianza de los bateeiros permitió ayer la vuelta a la normalidad. Después de un paro de casi ocho semanas, se reanudaron las descargas de mejillón para fábricas. Ambas agrupaciones, que representan a 3.000 de las 3.361 bateas gallegas, fijaron el reparto equitativo de la producción y aseguraron que mantendrán su "autonomía" en el trato con los clientes, así como a la hora de realizar las ventas. De este modo, la Federación Arousa Norte comercializará un 10% del molusco fresco y un 18% del que se destina a la industria transformadora.
Para la Xunta, este pacto crea un único sistema de organización de la producción por el que se podrá ofrecer producto a lo largo del año. Carmen Gallego rechazó que se trate de un acuerdo sobre precios porque "eso nunca formó parte de la negociación". Nada que ver con la información difundida por la patronal de la conserva, que habla de tablas en las que se eliminan las condiciones de compra anteriores al 1 de agosto.
La producción anual gallega de mejillón alcanza las 300.000 toneladas, con una facturación en primera venta de 160 millones de euros. En la última década, el estancamiento de los precios por la competencia de productos de otros países ha supuesto una caída de la rentabilidad de las bateas que se cifra desde Pladimega en el 70%. En esta guerra desatada entre productores y transformadores, los primeros han insistido en que desde Anfaco se pretende "coartar" su forma de vida, postura que explica la llamada a la "unidad" de los bateeiros gallegos.
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