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Mujeres imperfectas, conflictos de todos los días y sentido del humor

Las editoriales españolas se lanzan a buscar a su propia Bridget Jones

Carmen Mañana

Una treintañera desastrosa pero encantadora. Una crisis vital. Un grupo de amigos-hada madrina que la ayudan a afrontarla. Inseguridades, decepciones y meteduras de pata (borracheras incluidas). Catarsis y un final feliz. Ésta es la historia de Bridget Jones.

Una treintañera desastrosa pero encantadora. Una crisis vital. Un grupo de amigos-hada madrina que la ayudan a afrontarla. Inseguridades, decepciones y meteduras de pata (borracheras incluidas). Catarsis y un final feliz. Ésta es la historia de Bridget Jones. Pero también podría ser la de Carrie Bradshow, la columnista de Sexo en Nueva York; la de Andy Sachs, la secretaria de El diablo viste de Prada o la de casi cualquier protagonista de una novela chick lit (chick es como se dice "chica" de manera coloquial en Estados Unidos, y lit, la abreviatura de literatura). Un género que ha encontrado en este esquema la receta casi infalible del éxito comercial y que ahora busca actualizarse a través de un subgénero español y de argumentos adaptados a un público más maduro.

Los tres títulos anteriores vendieron más de 20 millones de ejemplares cada uno y han sido llevados al cine con resultados de taquilla millonarios. Un lenguaje sencillo, rápido y fresco, altas dosis de sentido del humor y unas heroínas "imperfectas y que se enfrentan a conflictos reales" completan el secreto de sus lucrativos resultados, según Deborah Blackman, de Plaza & Janés. Su editorial publica las obras de Marian Keyes, una de las autoras más prolíficas y que en España ha vendido casi un millón de libros.

No explotar esta oportunidad parece poco menos que locura, como reconoce Esther Escoriza, directora de Esencia, el sello especializado en chick lit que acaba de lanzar Planeta. Y si el grupo editorial más grande de España apuesta por este género es que hay negocio. "Estas novelas funcionan muy bien porque son como la alternativa a ver una comedia romántica", explica Cristina Armiñada, editora de DeBolsillo.

Pero la fórmula chick lit no es inagotable. Desde que en 1996, Helen Fielding inventara a Bridget y con ella al género, han desfilado por las librerías treintañeras desastrosas pero encantadoras con problemas con las compras (Becky Bloomwood, Loca por las compras, de Sophie Kinsella, Salamandra), con la fidelidad (Romper la rutina, de Adele Parks, Esencia), con las drogas (Rachel se va de viaje, de Marian Keyes, Plaza y Janés) y hasta con los blogs, como la protagonista de One Fifth Avenue, la última novela de Candance Bushell que acaba de publicarse en Estados Unidos entre una gran expectación.

Pero las lectoras "están empezando a cansarse de lo de siempre", anuncian desde Esencia. Así que las editoriales ya han comenzado a pensar en cómo darle una vuelta de tuerca al género. Y si uno de los secretos del éxito del chick lit es, como apunta Balckman, que las lectoras puedan identificarse con las protagonistas, no hay mejor forma de que las españolas se vean reflejadas que crear un personaje que compre en Zara y beba cañas. Así es Sabrina, la publicista a la que Rebeca Rus hace pasar por mil peripecias en Sabrina: 1. El Mundo: 0 (Esencia). "Es una chica con los mismos problemas que tienen las mujeres todos los días", explica la autora.

En su editorial lo tienen claro: el objetivo a partir de ahora es "conseguir autoras españolas". Y en ello están. Mientras Rus prepara la vuelta de Sabrina, la editorial trabaja con Marta del Riego, redactora jefe de la edición española de Vanity Fair, en un nuevo título chick lit.

No son los únicos. Hace un año Aguilar se acercó a la presentadora de canal Cuatro Raquel Sánchez Silva con una propuesta bajo el brazo: "Tenían la idea de un chick lit más clásico como Manual de la perfecta cabrona (Aguilar), pero yo les hice una propuesta diferente". Nada de mujeres infalibles, despiadadas y que buscan triunfar a toda costa, como las que retrata Elisabeth Mills. En Cambio príncipe azul por lobo feroz (Aguilar), Sánchez Silva quiere volver a una protagonista en la que le sea fácil reconocerse. "Bridget fue un alivio porque metía la pata y era un desastre. Después de años en los que a las mujeres sólo se las bombardeaba con ideales de perfección demostró que la empatía era muy importante", comenta.

En Tacones urbanos, Tacones urbanos II y Besos con sabor a Kir Royal (DeBolsillo), Mariana Jara echa mano de sus propias experiencias y las de sus amigas para narrar amores y desamores, sobre todo desamores, con mucho sentido del humor. Jara es la Candance Bushell hispana. De la misma forma que Sexo en Nueva York salió de una columna que la estadounidense escribía en The New York Observer, Tacones urbanos surgió de la que ideaba semanalmente la chilena para el diario Metro. El éxito fue inmediato, vendió 6.000 ejemplares y escribió una segunda entrega. "El mensaje de mis libros es siempre de esperanza porque para dura ya está la vida", explica la escritora.Rebeca Rus cuenta los problemas de todos los días que agobian a Sabrina Raquel Sánchez Silva busca una mujer en la que sea fácil reconocerse

SCIAMMARELLA

Nuevos horizontes

La renovación del chick lit pasa necesariamente por un cambio de temática. Las lectoras, que se engancharon con Bridget Jones cuando tenían la edad del personaje de Fielding (32 años), han crecido. Pasados 12 años, sus preocupaciones y sus problemas son distintos. Y en un género donde la identificación protagonista-lectora es tan importante, la respuesta es adaptar los argumentos a este nicho de fans que no pueden perder.

El hen lit (de mujer y literatura, en inglés) es la versión del chick lit creado para ellas. "Muchas de estas lectoras están casadas, tienen hijos y disyuntivas sentimentales distintas", explica Cristina Armiñana, de DeBolsillo. "Como la de saber si han elegido al hombre adecuado, que es el argumento más recurrente en este tipo de novelas". Lo trata El club del adulterio (Esencia), de Tess Stimson, y la nueva novela de Marian Keyes, Un tipo encantador (Plaza & Janés), que aborda también un tema menos frívolo: los malos tratos.

Luego está el chick lit de no ficción, una fórmula a medio camino entre el libro de autoayuda y el reportaje. Es el caso de Ex in the city (DeBolsillo), de Alexandra Heminsley (cuenta el protocolo para superar una ruptura), y de Citas en Manhattan (Planeta Fábula), de Emma Reverter, que indaga en el mundo de los solteros y sus estrategias para encontrar pareja.

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