Economía y política resquebrajan el consenso entre presidentes

La fusión de las tres cajas vascas (BBK, Kutxa y Vital) es una proyecto recurrente en la política y la economía vasca, aunque nunca llega. En octubre de 2007 las tres entidades asumieron que los planes soberanistas del lehendakari Ibarretxe imposibilitaban por el momento la operación. No ha pasado un año y la sintonía plena entre los presidentes de las cajas se ha roto y las dos grandes se plantean prescindir de la pequeña Caja Vital. ¿Qué ha cambiado en un año para que el escenario sea distinto, pese a que Ibarretxe no ha dado marcha atrás?

El primer factor es el giro en la situación de la economía. La crisis del sistema financiero internacional golpea a España y Euskadi no se va a librar. La construcción ha recibido el primer impacto, pero la industria irá detrás. No hay mejor prueba que la caída de la venta de automóviles, un 41% en agosto, que afectará directamente a un sector que emplea en Euskadi a más de 40.000 personas y representa el 16% del PIB vasco. Ayer la agencia Efe señalaba que, según datos de las propias cajas, la morosidad ha crecido de forma alarmante entre enero y junio de este año. En la Vital ha aumentado en un 90%, en la Kutxa en un 66,16% y en la BBK en un 28,98%. Y lo peor está por llegar.

El segundo factor de cambio es interno. Las cajas se han renovado. Dos presidentes han repetido: Gregorio Rojo en la Vital y Xabier de Irala en la BBK. Sin embargo, las tensiones del nacionalismo en Guipúzcoa trajeron un nuevo hombre a la Kutxa, Xabier Iturbe, que sustituyó a Carlos Etxepare, y que ya anunció en abril, tras su elección, su voluntad de impulsar una caja fuerte en Euskadi. A la Vital, que representa algo más de un tercio de la Kutxa y una cuarta parte de la BBK, no le queda mucho margen de maniobra. Rojo ha dicho que hablará esta semana, pero al final la decisión dependerá de la clase política.