"Ibarretxe pide un derecho que no existe"
Javier Borrego Borrego (Sevilla, 1949), casado y padre de tres hijos, actualmente abogado del Estado ante la Audiencia Nacional, es un experto en derechos fundamentales, un tema que fue el motor de su vocación profesional. Borrego se licenció en Derecho, en Madrid, con la intención de trabajar en las grandes instituciones que velan, siquiera teóricamente, por los derechos de la Humanidad. Ha trabajado como abogado ante el Tribunal Europeo, Naciones Unidas y, hasta febrero de este año, ha sido juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), institución que emana del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, firmada en 1950 por los Estados miembros del Consejo de Europa. Ese Alto Tribunal es la instancia a la que ha anunciado que recurrirá el presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, en caso de que el Tribunal Constitucional niegue legitimidad a la consulta que propone sobre la autodeterminación.
"El recurso de Batasuna es una cuestión distinta, que merece ser resuelta con una sentencia"
"Es lamentable que el 'lehendakari' frivolice con un tribunal que ha costado tanto esfuerzo"
Pregunta. Usted ha sido durante cinco años, hasta febrero pasado, juez del TEDH. ¿Conoce algún precedente al recurso que ha anunciado el lehendakari?
Respuesta. Ninguno. Ese anuncio me parece una irresponsabilidad y una falta de decencia por parte de quien ostenta un importante cargo público.
P. Ibarretxe piensa recurrir a Estrasburgo como ciudadano de a pie, ya que el Tribunal no acepta reclamaciones de los gobiernos. ¿Puede hacerlo, o su persona es inseparable de su condición de cargo público?
R. El anuncio de ese recurso lo ha hecho investido como presidente. La noticia de que piensa recurrir, la ha expresado públicamente, desde esa posición de presidente vasco. El Tribunal de Estrasburgo es una cosa muy seria con la que no se debe frivolizar. El PNV de Iparralde
tuvo hace poco un pleito con Francia, donde está prohibido que un partido político reciba fondos de un partido extranjero; en este caso, los recibían del PNV español. Fueron a Estrasburgo y el recurso fue rechazado. Los partidos, gobiernos, comunidades autónomas, ayuntamientos, etcétera, no pueden recurrir a ese Tribunal; sólo pueden hacerlo las personas, las ONG o las sociedades anónimas.
P. Pero Ibarretxe ha invitado también a los vascos a enviar recursos a Estrasburgo.
R. Lo primero que hay que hacer para presentarse en el Tribunal Europeo es haber agotado las instancias españolas, cosa que no ha ocurrido. Lo segundo, y fundamental, es que ese derecho a consultar a sus conciudadanos que invoca el presidente vasco no figura en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
P. ¿No está reconocido ese derecho?
R. No, no está en los derechos humanos estipulados en el convenio, ni en los protocolos que se incluyeron después. Los expertos jurídicos podemos darle todas las vueltas que queramos, pero no figura. He leído que Ibarretxe invoca los artículos 9 y 10, y alguno más. Que invoque los que quiera, porque no está contemplado. A Estrasburgo llegan cosas curiosas, como la demanda de un preso vasco que se quejaba de que su dignidad personal y su intimidad estaban siendo violadas en la cárcel porque no podía ver la televisión autonómica vasca. La queja fue rechazada.
P. Del mismo modo que hay abogados hábiles que encuentran resquicios legales para defender a sus clientes, ¿puede encontrar el lehendakari algún resquicio en el convenio por el que pueda colarse ese recurso?
R. Con mi experiencia de casi veinte años trabajando en el tema de derechos fundamentales, le respondo que ese derecho no existe. Los tribunales tienen que aplicar las leyes, no inventárselas. En el Convenio Europeo de Derechos Humanos no figura nada así. A los políticos hay que decirles que se asesoren, que tengan gabinetes de estudio, porque todo está en los papeles.
P. Definitivamente, ¿no hay nada que invocar?
R. Nada. Por eso es muy lamentable que una institución tan seria sea objeto de esta frivolidad. El Tribunal de Derechos Humanos es un logro que ha costado muchísimo esfuerzo y muchísima sangre. Sufrimos dos guerras mundiales horribles, hasta que el Tribunal logró echar a andar, en los años cincuenta. Si ha costado tanto, no podemos recurrir a él con irresponsabilidad.
P. Usted decía antes que, en todo caso, el lehendakari tendría que agotar las instancias judiciales españolas.
R. Lo primero que hay que preguntarse es si ese derecho está o no en el Convenio Europeo. Y, como no está, no hay más que hablar. Aparte de todo, no creo que sea fácil estructurar esa reclamación en las vías internas de la justicia española. El Tribunal Constitucional acaba de decir que en esta cuestión sólo pueden intervenir el Gobierno de España y el Gobierno autónomo, y ha negado legitimidad hasta a los partidos políticos.
P. Si llegaran a Estrasburgo miles de peticiones de ciudadanos para que se admitiera la demanda de Ibarretxe, ¿se sentiría el Tribunal más presionado?
R. En absoluto. El Tribunal Europeo es un tribunal muy serio, en el que se dan las mismas tendencias que en nuestros tribunales, entre jueces más o menos garantistas. No hay diferencias entre jueces de izquierdas o de derechas; la diferencia se da entre jueces prácticos y jueces teóricos, los profesores, como yo les llamo, que dicen cosas geniales que luego no se pueden aplicar.
P. Y esos jueces teóricos, esos profesores, ¿podrían atender la reclamación del lehendakari?
R. No, no. Los profesores pueden hacer toda clase de interpretaciones, pero en ese tribunal existe la sensatez.
P. Quizá Ibarretxe sólo pretenda levantar polvareda, pasar por una víctima política.
R. Es irresponsable. Con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no se juega.
P. Usted era todavía juez cuando fue admitido, el invierno pasado, el recurso presentado por Batasuna a raíz de su ilegalización.
R. Sí. Es un caso radicalmente distinto. Era razonable admitirlo. Estamos hablando de un partido político ilegalizado, y eso no es algo que ocurra todos los días. Es una cuestión que merece ser resuelta en sentencia, favorable o desfavorable, los jueces dirán.
P. ¿La consulta de Ibarretxe no encaja entonces en este tribunal?
R. No, pero ocurre con frecuencia que lleguen casos incompatibles con los principios del Tribunal. Cuando se publicaron en Dinamarca las caricaturas de Mahoma, llegó desde Marruecos una denuncia contra Dinamarca y se rechazó. La detención de Sadam Husein provocó otra demanda ante el Tribunal Europeo contra todos los países que estaban en Irak. El Tribunal señaló que la demanda debía presentarse contra Estados Unidos, el país que le había detenido.
P. ¿Las sentencias de Estrasburgo tienen un valor moral, o algo más?
R. Tienen valor total. Los gobiernos adoptan las soluciones que el Tribunal Europeo les sugiere.
P. ¿Todos los gobiernos?
R. No. Desgraciadamente tenemos muchos problemas con Rusia. -
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