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"La 'Y' nos da trabajo, aunque yo la rechace"

Los empleados del tramo del AVE vasco en el Goierri conviven con la amenaza etarra

"¿Quieres saber la verdad? Vale, pero no pongas mi nombre que el jefe me mata. Yo también estoy en contra de la Y, pero como la obra la van a hacer por cojones, por lo menos así nos da trabajo a los de aquí". Pasan unos minutos, dos cafés y un licorcito antes de que este maquinista confiese que está en contra de la obra en la que está empleado, el primer tramo del AVE vasco que se levanta en Guipúzcoa, en plena comarca del Goierri. A apenas unos metros del sendero que lleva al lugar de los trabajos, una pintada marca el territorio en este tradicional feudo de la izquierda abertzale: "Makinak kanpora. ¿Están destrozando el monte y no vas a hacer nada?"

La treintena de trabajadores del tramo Ordizia-Itsasondo reflejan un verdadero concentrado de paradojas. Sus opiniones incluyen desde el rechazo simbólico a la defensa del proyecto, pasando por el "sólo hago mi trabajo sin preguntas". Algunos, como Julio, de León, no entienden que alguien pueda estar en contra de un proyecto que conectará a Euskadi con la red europea de alta velocidad. "Ya me gustaría que hicieran una obra así en mi tierra", apunta. "Es como estar en contra de la electricidad porque los postes de luz quedan feos", añade su compañero Manolo.

El proyecto suma más de 30 ataques y tres atentados con bomba en 21 meses
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A diferencia de lo que sucede en los otros cuatro tramos en obras del AVE vasco, los trabajadores en Guipúzcoa parecen restar importancia a las amenazas lanzadas contra el proyecto por ETA y su entorno. Es un problema de las empresas, afirman. Las cosas están más tranquilas estos últimos meses, según cuentan, ya que hay menos manifestaciones. Aún así, las alambradas cortan cualquier acceso a la zona, a excepción del custodiado por varios guardias de seguridad armados. No dejan pasar a nadie sin que una llamada oficial lo autorice.

Aunque varias plataformas ciudadanas y verdes y grupos como Ecologistas en Acción también rechazan el proyecto de forma pacífica, la violencia ha marcado el ritmo de la oposición al proyecto. En apenas 21 meses, ya se han registrado más de 30 ataques de diverso tipo contra las empresas vinculadas a las obras. A los que hay que sumar los tres atentados con bomba asumidos por ETA contra tres constructoras. Ya en enero, la banda trazó un paralelismo entre la Y y los proyectos de la nuclear de Lemoiz (que terminó sin construirse tras una cadena de atentados) y la autovía de Leizaran (se modificó el trazado por la amenza etarra), dos hechos que la izquierda abertzale se adjudica como victorias.

"El ruido del dinero, la muerte del Goierri", reza en euskera una pegatina que empapela los alrededores. El lema va acompañado de una caricatura del lehenkadari Ibarretxe conduciendo sonriente una excavadora. "Ahora que el PNV quiere poner de moda las consultas, ¿por qué no quiere que se haga una sobre el TAV?", pregunta otro trabajador. Rechaza el proyecto porque cree que "sólo va a beneficiar a los ricos". A su lado, se sienta el ya citado maquinista, quien cuenta que sus amigos le echan en cara que trabaje allí: "Les respondo que llevo 12 años conduciendo una excavadora, que no sé hacer otra cosa. Tengo que ganarme el pan". Ambos nacieron en la comarca. Son incapaces de aclarar con rotundidad si condenan el uso de la violencia contra la Y. "Es complicado, no se puede responder sí o no", explica el más hablador. Mientras, la explícita amenaza de ETA sigue pendiendo sobre el proyecto.

Trabajos en marcha en el tramo de las obras de la <i>Y</i> entre Ordizia e Itsasondo.
Trabajos en marcha en el tramo de las obras de la Y entre Ordizia e Itsasondo.JAVIER HERNÁNDEZ

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