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Días de diversión

Marijaia desata el júbilo ciudadano

Miles de personas cumplen el ritual del comienzo de cada Aste Nagusia

Mikel Ormazabal

Todo el barullo de la fiesta que estaba contenido y concentrado en la plaza del Teatro Arriaga y sus aledaños se desparramó en cuanto el txupinazo estalló en el cielo de Bilbao y Marijaia apareció a los miles de congregados. Estalló el júbilo, volaron los confetis y globos rojiblancos, se vaciaron al aire cientos de botellas... y comenzó a sonar el Badator Marijaia de Kepa Junkera que coreó una muchedumbre enfervorizada y hambrienta de bulla. Así se puso en marcha ayer la Aste Nagusia bilbaína, "la única fiesta del mundo que dura diez noches", como dice la canción oficial. Y ya son treinte años de celebración festiva.

"Calculo que habrá unas mil botellas en el suelo", decía un barrendero

Nueve días y diez noches de festejos precedidos por la lectura del pregón y el lanzamiento del txupin, a cargo del cocinero Aitor Elizegi y de la comparsera Isabel Isazelaia, respectivamente. El arranque tuvo todos los aderezos propios de la cita: el gentío, el descorche etílico, los lanzamientos de harina y huevos, las ikurriñas,... Todo disuelto en un ambiente de alborozo que puso a saltos y con los brazos en alto a niños y mayores, bilbaínos y visitantes.

Regia en la balconada del Arriaga, la señora de la fiesta, Marijaia, volvió a provocar un estruendo cuando saludó a la muchedumbre. Sus cuatro metros y pico de altura, siete kilos de porte, dieron un año más la majestuosidad que tiene el inicio de la semana festiva. Bajo sus enormes brazos, apreciables desde lo más lejano de El Arenal, los más verbeneros ya habían dado rienda suelta a la bebida. Como es costumbre, se regaron unos a otros con cava, sidra y gaseosa. Otros muchos se dedicaron a esparcir harina, Cola-Cao y ketchup, desoyendo, una vez más, la invitación a un txupinazo limpio que había hecho el consistorio.

Una brigada de limpieza, formada por unos 30 barrenderos que lucían el mono de trabajo con el lema Bilbao garbi en la espalda, aguardaban en un costado del teatro a que la plaza quedase despejada de público para dejarla inmaculada. "Este año no hay tantas botellas. Yo calculo unas mil. Nada que ver con las más de 6.000 del año pasado", aseguraba uno de los limpiadores.

El brillante inicio de la fiesta en una tarde tibia y soleada abre ahoar paso a un programa repleto de actos de todo tipo: toros, txosnas, conciertos, teatro, fuegos,... y mucha diversión. Y esta tarde llega, por séptimo año consecutivo, el desfile de la Ballena para tomar las calles del centro de la ciudad.

CON EL PAÑUELO AZUL

- Arrancan los servicios especiales del transporte público. Además del suburbano (metrobilbao.net), que circulará sin interrupción hasta el domingo 24, autobuses y trenes dispondrán también de frecuencias nocturnas. Las líneas del Gautxori de Bilbobús (bilbao.net) funcionarán cada 30 minutos, además de conectar el espacio de conciertos de Botica Vieja. Por su parte, Euskotren (euskotren.es) unirá la capital vizcaína con las localidades del Txorierri, el Duranguesado y Urdaibai. El tranvía atravesará Bilbao también toda la noche, salvo cuando se lancen los fuegos artificiales.

- La Granja vuelve a abrir a las noches. Después de seis años en los que prefirió evitar "los inconvenientes derivados de la ubicación de dos txosnas", el histórico café La Granja, situado en la Plaza Circular de la ciudad, volverá a abrir sus puertas en las noches de Aste Nagusia. Para celebrarlo, y con el propósito de "marcar la diferencia", el local servirá las copas en vasos de cristal.

- Protesta antitaurina en el exterior del Guggenheim. Cerca de medio centenar de activistas de la Fundación Equanimal se desnudaron ayer en la explanada del Museo Guggenheim para protestar contra las corridas de toros que se desarrollan en la capital vizcaína. Bajo el lema "Por una Aste Nagusia en Bilbao sin muertes", los concentrados, que simularon la muerte de los astados portando sobre sí las banderillas, recordaron que, hasta el próximo domingo, se matarán 36 toros en Vista Alegre.

- Caretas para prevenir el consumo de alcohol. A lo largo de tres noches -la de ayer, la del miércoles y la del viernes próximos- la DYA repartirá 15.000 caretas especiales que quieren convertir en "monstruos" a las personas que hayan consumido alcohol y pretendan conducir para volver a casa. Las caretas "muestran claramente las consecuencias de ponerse al volante después de haber bebido, cuando se deja de ser persona y se convierte en un monstruo al que no le importa ni su vida ni la de los demás", indicó la asociación en un comunicado.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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