Al menos 53 países castigan la transmisión accidental del VIH
La medicación antiviral no llegará al 100% en 2010
La última jornada de la Conferencia Internacional sobre el Sida se cerró el viernes por la noche (madrugada de ayer en España) en México en un ambiente pesimista. Sin grandes anuncios en tratamientos, con la constancia de que se trata de un problema donde los derechos humanos son tan o más importantes que el enfoque médico y con la constatación de que el objetivo de que todas las personas que lo necesiten reciban los antivirales en 2010 es un objetivo prácticamente imposible de cumplir (actualmente la tasa de cobertura es del 31%).
Pero una de las intervenciones que más revuelo causó fue la Edwin Cameron, juez de la Corte Suprema de Apelaciones de Suráfrica. Cameron destacó que en al menos 53 países la transmisión involuntaria del VIH estaba de alguna manera castigado penalmente, lo que suponía un nuevo obstáculo para el fin de la discriminación de los afectados. En Estados Unidos, Sierra Leona o Singapur, por poner tres países bien distintos, ser el transmisor del virus, aunque haya sido sin querer, puede castigarse. Pero con ello, se reduce el interés de la población por hacerse la prueba (si no se sabe, no se puede castigar), y se aumenta la marginación y el miedo de los infectados, dijo Cameron. "El VIH es un virus, no un crimen", afirmó el juez, quien insistió en que esas legislaciones no frenaban la infección.
La postura de Cameron, sin embargo, no es unánime. En España ha habido sentencias contra hombres por transmitir el virus a sus parejas. Pero se trataba de casos en los que había una voluntad probada de hacer daño.
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