Deporte y política

El COE lo ha dejado bien claro, no se puede mezclar deporte y política. Así pues, todos deben callarse (los deportistas, los opositores chinos, los periodistas...). Pero los valores democráticos no deberían ser un mero elemento decorativo en nuestras constituciones.

En cualquier sociedad, el arraigo de los valores democráticos suele beneficiar a la mayoría. El crecimiento económico sin progreso democrático es mucho menos claro que lo haga. Según el COE, los Juegos Olímpicos de Pekín sólo pueden ensalzar el espíritu olímpico, es decir, la gloria de los deportistas y el chovinismo de las naciones a quienes representan. La pena de muerte aplicada en masa, prescindir de un verdadero Estado de derecho, la falta de democracia, nada de eso afecta al maravilloso olimpismo. Con esa excusa, durante estos días los medios de comunicación se hartarán en silencio de promocionar el dudoso modelo político chino, como las teleseries promocionan determinadas marcas gracias a la publicidad estática. ¿A quién beneficia todo esto? Desde luego, no a la mayoría de los chinos.