A vueltas con los líquidos en la UE
Fue a finales de 2006, después de que las autoridades británicas dijeron haber desmantelado un complot para hacer volar aviones en pleno vuelo con explosivos líquidos, cuando la Unión Europea decidió endurecer su legislación y aplicar restricciones a los equipajes de mano.
El reglamento comunitario establece que los pasajeros que cojan un avión en algún país de la Unión no podrán transportar líquidos en envases que superen los 100 mililitros. Deben transportarse además dentro de una bolsa de plástico transparente que a su vez no supere un litro de capacidad. Los medicamentos y la comida para bebé quedan exentos de la aplicación de esta norma bajo ciertas condiciones. Los ordenadores deben sacarse de su funda y ser depositados en la bandeja para que pasen por el escáner. Y los viajeros deberán pasar por las máquinas las chaquetas o abrigos que cubran su cuerpo.
Estas normas y su aplicación han suscitado una marea de críticas en Europa. Mientras, no faltan científicos que cuestionan las medidas por considerarlas poco eficaces y arbitrarias. Hay políticos como el eurodiputado liberal Ignasi Guardans que llevan años batallando para conseguir mayor transparencia tanto en el proceso de la redacción de estas normas que imponen restricciones a los ciudadanos -a cargo de la Comisión Europea con la participación del comité de seguridad civil donde están representados los 27, incluida España-, como en divulgación de la misma. "El secretismo de un reglamento que no es público ha hecho que al final un queso esté prohibido en un aeropuerto y en otro no. Ni siquiera la gente que tiene que aplicarla lo tiene claro", se queja Guardans.
Ante la avalancha de críticas y a la espera de una sentencia del Tribunal europeo de Justicia a raíz de una demanda interpuesta por un ciudadano austriaco al que no le dejaron pasar en el aeropuerto su raqueta de tenis, el ex comisario europeo de Transportes Jaques Barrot se comprometió a mediados de este año a revisar la norma y a incentivar la instalación de máquinas para detección de líquidos que acaben con las restricciones.
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