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Dimite el jefe del Gabinete argentino por la crisis agraria

Alberto Fernández era hombre de confianza de los Kirchner

Alejandro Rebossio

La crisis agraria de Argentina acabó, pero la política continúa. El jefe del Gabinete de ministros, Alberto Fernández, renunció a ese cargo después de haberlo ocupado durante los últimos cinco años, que abarcaron todo el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y los ocho meses que lleva el de Cristina Fernández.

Los Kirchner siempre han confiado en pocas personas para tomar las decisiones y Alberto Fernández pertenecía a ese círculo íntimo. Un joven dirigente peronista, Sergio Massa, lo reemplazará.

El político abogaba por la moderación en la disputa con los agricultores

El jefe de Gabinete, que es una suerte de primer ministro, dimitió para "oxigenar" la gestión de la presidenta, según fuentes cercanas al político dimisionario. En su carta a Cristina Fernández, le dice que desea facilitarle la selección de su equipo de trabajo. Su renuncia se produce en una semana en la que la presidenta ha desplazado al secretario de Agricultura, casi ausente en el conflicto agrario, y al subsecretario de Combustibles.

Para el presidente de la opositora Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, Alberto Fernández pretendía que fuera Cristina Fernández la que gobernase y no que el país siguiese conducido por su marido y actual presidente del partido peronista.

El enfrentamiento entre Kirchner y Alberto Fernández se produjo durante el conflicto agrario. El jefe de Gabinete se había encargado en persona de la negociación con las entidades rurales que emprendieron cuatro huelgas contra la subida del impuesto a la exportación de soja y había abogado, puertas adentro del Gobierno, por la moderación. En cambio, Néstor Kirchner era partidario de no ceder porque alegaba que detrás de la protesta había grandes grupos económicos que querían tumbar el Gobierno de su esposa. Alberto Fernández también recibió críticas en el peronismo por haber impulsado a dos personajes que cayeron en desgracia para los Kirchner: Martín Lousteau, el ministro de Economía que ideó el aumento tributario a la soja, y el radical kirchnerista Julio Cobos, vicepresidente del Gobierno y presidente del Senado que votó en contra de la ley que ratificaba ese incremento y lo echó por tierra.

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Pero Alberto Fernández no quiere irse solo. Pretende que renuncie también su rival dentro del Gobierno, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, hombre de confianza de Kirchner y quien lleva la relación con empresas españolas como Repsol, Endesa, Telefónica y Marsans. Y también busca que se vayan dos subalternos de De Vido: los secretarios de Comercio Interior, Guillermo Moreno, conocido por sus métodos autoritarios, y de Transporte, Ricardo Jaime, el funcionario que acumula más causas judiciales en su contra.

El radical Morales reclamó el alejamiento de esos tres y también el del ministro de Economía, Carlos Fernández, porque "en realidad no hay ministro" y sólo cumple lo que le ordena Kirchner. Finalizada la crisis agraria con la derogación del aumento impositivo el pasado lunes, gobernadores de provincias peronistas y dirigentes de otros partidos opositores, como la Coalición Cívica de Elisa Carrió y la Propuesta Republicana del conservador Mauricio Macri, pidieron cambios en el gabinete.

Alberto Fernández, de 49 años, había ocupado un cargo técnico en el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999) y en 2000 había integrado una coalición conservadora que encabezaba el ex ministro de Economía Domingo Cavallo. Sin embargo, en 2003, cuando Néstor Kirchner asumió el poder con el discurso de la izquierda peronista, confió en Fernández para dirigir el gabinete.

Cristina Fernández charla con Alberto Fernández en marzo.
Cristina Fernández charla con Alberto Fernández en marzo.EFE

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