Más de 10 amenazas sobre la costa

Más de diez agresiones ecológicas amenazan el litoral de la Comunidad Valenciana, que ha visto como su superficie artificial se ha incrementado en más de un 50%, convirtiéndose en una de las regiones de España con el índice más alto en ocupación del suelo con unas previsiones de urbanización "desmedidas" en relación con la demanda real de vivienda, según aparece en el documento de Greenpeace Destrucción a Toda Costa, 2008.

Representantes de la organización ecologista explicaron en las playas de Sant Joan de Alicante y la Malva-rosa de Valencia las amenazas que, en su opinión, gravitan sobre el litoral de la Comunidad Valenciana.

La responsable de la Campaña de Costas de la organización, Pilar Marcos, explicó que las exigencias de Greenpeace se limitan a la aplicación de la Ley de Costas que "no se está cumpliendo. La normativa, que es bastante buena, establece que los 100 primeros metros de ribera del mar deben de estar libres de cualquier urbanismo".

En la Comunidad Valenciana, Greenpeace ha constatado hasta once puntos negros, que contemplan desde macrourbanizaciones tan cuestionadas como el Manhattan de Cullera o Marina d'Or Golf, "que abarcaría 18 millones de metros cuadrados y sería cuatro veces más grande que la original", hasta las ampliaciones de los puertos deportivos de Vinaròs, Borriana, Castellón, Alcossebre, Xàbia y el Luis Campomanes de Altea. Todos ellos suponen un elevado impacto visual, deterioran la calidad del agua del baño o amenazan las praderas de Posidonia.

Greenpeace denuncia, además del urbanismo en Sant Joan d'Alacant y El Campello, los vertidos de aguas residuales urbanas en Benicarló, Peñíscola y los vertidos industriales en Guardamar del Segura y el Polígono de El Serrallo, pegado a Castellón, que acumula "los mayores de vertidos industriales contaminantes de toda la Comunidad".