El ordenador de los pobres busca mecenas para expandir el español
El proyecto plantea digitalizar poblados indígenas americanos
Rodrigo Arboleda se paseaba ayer por Madrid con un portátil verde chillón bajo el brazo. Es uno de los aparatos del proyecto Un ordenador por niño (OLPC por sus siglas en inglés), fundado en 2005 por el gurú de Internet Nicholas Negroponte, con el que trabaja en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). La finalidad: crear ordenadores a bajo coste para los niños más pobres del mundo.
Arboleda: "Queremos llegar a los necesitados a coste cero"
En España, Arboleda busca apoyos al proyecto, del que es representante para Latinoamérica. "Nuestra fundación aspira a que cada chico de primaria de los países en vías de desarrollo tenga acceso al conocimiento", comenta con entusiasmo. Pretende obtener compromisos apelando al impulso del castellano en la Red, ya que el ordenador familiariza a niños de poblaciones indígenas con esta lengua. "Por su vinculación con empresas en Iberoamérica, España tiene la oportunidad de contribuir a una más equitativa distribución de las riquezas". Ayer se reunió con Santillana y Telefónica para explicarles el proyecto.
Con su idea, este grupo de expertos ha abierto el mercado de los ordenadores de bajo coste. Aunque en principio las grandes empresas no lo tuvieron claro, Intel ya se ha lanzado a fabricar uno. "La diferencia es que éste es un proyecto para niños de 5 a 12 años y las aplicaciones son netamente educativas". Además, la batería se carga con energía solar o a pedales para que puedan ser usados en los lugares más remotos.
Ante tal afán desinteresado sorprende que el producto se vendiera en EE UU. "Fueron sólo 45 días", explica, que es lo máximo que permite la legislación a las fundaciones sin ánimo de lucro. Y con una condición especial: "Ya que había un clamor de los padres para comprar uno a sus hijos hicimos que tuvieran que regalar simultáneamente otro a un proyecto solidario". Vendieron 160.000 unidades.
De aquella experiencia surgió la idea de crear otra fundación en Bruselas que les permita vender sin limitaciones. "Nuestro interés es que les llegue a los niños necesitados a coste cero". Para ello deben implicarse los gobiernos, que en principio les apalabraron siete millones de pedidos. Finalmente, sólo fueron 700.000 el primer año, lo que subió el coste previsto. "En este momento están en 200 dólares (unos 130 euros). Aspiramos a bajar a los 100 antes de 12 meses".
Cuenta este arquitecto colombiano que los niños reaccionan con éxtasis cuando reciben los ordenadores. "En las escuelas en las que han entrado se ha duplicado la asistencia".
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