La familia de Betancourt celebra con Sarkozy la liberación
"Esta noche, Ingrid Betancourt está libre, se acaba un calvario de casi siete años, está en buena salud, en una base militar. Su familia lo dirá mejor que yo. Quisiera dar las gracias al presidente Uribe y al Ejército colombiano que han llevado a cabo con éxito esta operación. Para ellos, la gratitud del pueblo francés". El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, iniciaba así su comparecencia en televisión, acompañado por los dos hijos de Betancourt, Mélanie y Lorenzo Delloye, por su hermana Astrid y el hijo pequeño de ésta, y por el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner.
Sarkozy dio las gracias a "los otros jefes de Estado que nos han ayudado" -el venezolano Hugo Chavez, el ecuatoriano Rafael Correa y la argentina Cristina Fernández-, así como a los mediadores españoles y suizos, y anunció que un avión militar francés se disponía a llevar a toda la familia Betancourt, acompañada por Kouchner, a Bogotá. A las FARC les dijo "que acaben con este combate absurdo y medieval y que Francia está dispuesta a acoger a los que depongan las armas". "Le quiero decir a Ingrid que la abrazo", añadió, "toda Francia quería recuperarla".
Después, Mélanie, muy emocionada, dijo: "Éste es un momento esperado por tanto tiempo que nos faltan las palabras". Agradeció a Sarkozy su intervención para liberar a su madre, pues gracias a ella "todo se ha acelerado". "Estoy empezando a vivir otra vida", añadió. Lorenzo también agradeció a Sarkozy su ayuda, y expresó la gratitud por la solidaridad recibida de todas partes del mundo.
Las imágenes que ofrecieron las cámaras de France 2, a través de las ventanas del palacio del Elíseo, del encuentro de toda la familia, los abrazos y la sensación de gozo que desprendían, mostraban claramente la implicación del Gobierno francés en todo este proceso.
Ingrid Betancourt, que tiene la doble nacionalidad francesa-colombiana, se había convertido en un auténtico icono en Francia. Su cautiverio generó un movimiento de solidaridad de grandes dimensiones, dirigido por un comité de apoyo que consiguió que su imagen estuviera presente, y forzó la intervención directa del Gobierno francés, hasta el punto de que Sarkozy hizo del asunto uno de sus temas de campaña, y lo convirtió en emblema de su acción diplomática durante los primeros meses de su mandato.
Las maniobras del Gobierno francés no fueron siempre muy claras, y se saldaron con más de un fracaso. Parte de la movilización hay que atribuirla al hecho de que el primer marido de Betancourt y padre de sus dos hijos, Fabrice Delloye, es miembro del cuerpo diplomático francés.
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