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El debate sobre la situación económica

110 datos para un "ajuste severo"

Zapatero recarga su discurso con un arsenal de cifras y descarta la recesión - Rajoy asegura que la situación es "muy grave" y cita 17 veces la palabra crisis

Claudi Pérez

El debate sobre si hay crisis o no casi aburre. Pero el Gobierno se empeña en los eufemismos, y la oposición en cargar las tintas. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero no abandonó ayer el guión de las últimas semanas: "ajuste severo", "serias dificultades", "tiempos difíciles y complicados" y un largo etcétera de vaguedades entre cosméticas y autocomplacientes.

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Asumió la crisis sin mentarla, la atribuyó en gran medida a las turbulencias internacionales, enunció medio centenar de medidas de choque y terminó con una expresión de confianza en las posibilidades de la economía española de superar la situación. De paso, descartó "un estancamiento duradero y menos aún una recesión".

Mariano Rajoy le acusó de disfrazar la realidad y aseguró que la crisis -que mencionó 17 veces en 20 minutos- es "muy grave" y "no opinable", algo en lo que coincidieron la mayoría de los portavoces. Como casi siempre que la economía y la política van de la mano, la situación está a medio camino entre una y otra visión.

Hay dos maneras de hablar de economía: en griego, con una jerga técnica que hace que nadie que no pertenezca a la secta de los economistas pueda entender, y con el sube y baja, mareando con una catarata de datos, con cifras y más cifras. Según esa teoría -obra del estadounidense Paul Krugman, brillante analista y divulgador de la economía-, Zapatero y Rajoy son fieles seguidores del modelo sube y baja. Ofrecieron una interminable ensalada de cifras: hasta 110 datos en el discurso inicial del presidente -de casi una hora- y una veintena en el caso de Rajoy. Algunas de ellas, discutibles o directamente falsas.

Alguno de los datos que ofreció Zapatero chirría. Aseguró que el crecimiento de la productividad es una de las palancas en las que se apoyará la economía para salir adelante. El crecimiento de la productividad se ha "multiplicado por siete en cuatro años", aseguró. Para ello, comparó las cifras del primer trimestre de 2004 (alza del 0,14%) y del primer trimestre de 2008 (0,98%). El dato no es incorrecto, pero confunde: para medir la productividad es preferible usar series más largas.

En todo 2004, el crecimiento de la productividad fue del 0,5%, y el año pasado del 0,8%. En todo caso, esas cifras están muy lejos de las de EE UU o los países punteros de la UE. Los expertos coinciden en que lejos de ser un punto fuerte, la productividad es una de los graves carencias de la economía española.

Asimismo, el presidente atribuyó a la escalada del precio del petróleo buena parte de los problemas y destacó que el incremento de la factura energética del último año asciende a 19.000 millones de euros. En realidad, esa cifra es de unos 10.000 millones, según las estadísticas del Ministerio de Industria.

Zapatero pasó de puntillas por algunos de los datos más negativos. Apenas habló del abultado déficit exterior, otro de los talones de Aquiles de España. Aseguró que el alza de las exportaciones se situó en el 7,2% hasta abril. Erró el tiro: según el Banco de España, las ventas al exterior subieron más, el 10% hasta abril. Pero sobre todo olvidó que el incremento de las importaciones fue aún mayor (del 12%), lo que elevó el déficit comercial por encima de los 40.000 millones, un 15,5% más.

Mariano Rajoy cometió algún error de bulto, al asegurar que el encarecimiento del Euríbor supone "una factura mensual de 200 euros para una hipoteca media". En realidad, la cuota mensual para una hipoteca media (un préstamo de 150.000 euros con un plazo de 25 años y un diferencial de 0,5 puntos) se sitúa en 954 euros.

La última subida del Euríbor implica pagar 76 euros más al mes que hasta ahora. Más allá de ese gazapo, las críticas de Rajoy giraron alrededor de un eje: los errores en las previsiones económicas del Gobierno. "Disfrazó la realidad para engañar a los españoles", atacó. El PP pronosticó antes de las elecciones un crecimiento del 2,6%. Y Zapatero admitió ayer que la velocidad de crucero estará "por debajo del 2%".

Aunque ayer no hizo mención, Zapatero aseguró hace meses que la tasa de paro con su Gobierno nunca será peor que la mejor cifra del PP. No parece que vaya a ser así: el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, auguró que la tasa de paro subirá hasta el 11% en 2009. Varios expertos vaticinan tasas de hasta el 15%. Y el mejor dato del PP fue del 10,3%. En todo caso, se quedará muy por encima del pleno empleo técnico -un 5%-, uno de los objetivos del Ejecutivo socialista.

Entre los economistas suele usarse el adagio "hay verdades, medias verdades, mentiras y estadísticas", ante la constatación de que siempre hay posibilidad de cocinar las cifras para que el resultado sea el que uno pretende.

Zapatero usó la palabra-tabú "crisis" para referirse a la construcción, cuyo desplome se está dejando notar en el paro. Y ahí sacó a relucir la cocina: "Si descontamos las afiliaciones de la construcción, la creación de empleo se mantiene en tasas positivas". Y conlcuyó: "Sin la construcción, los afiliados a la Seguridad Social continúan creciendo a tasas del 1,3%". Claro que el sector inmobiliario, que ahora desaparece de la estadística, es el principal factor que explica la bonanza de los últimos 14 años, la etapa más intensa de crecimiento de España.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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