Hollywood entra en crisis ante el temor a una huelga de actores
La división de los artistas sobre el paro se resolverá en una votación
En Hollywood también hay signos de recesión: en mayo, la tasa de empleo bajó un 4,4% respecto al mismo mes de 2007, el número de rodajes en Los Ángeles cayó un 5%, y el Sindicato de Actores (SAG) ha anunciado que en 2008 se han cuadruplicado las solicitudes de ayuda de aquellos afiliados que necesitan de la caridad para superar las vacas flacas de la huelga.
El sindicato minoritario llegó a un acuerdo con los productores
Alec Baldwin, Tom Hanks o Sally Field creen que es mejor evitar el paro
Jack Nicholson y Nick Nolte quieren pelear por unas mejores condiciones
El paro de los guionistas, que concluyó en febrero tras tres meses de inactividad, dejó unas pérdidas de más de 2.000 millones de dólares (1.266,82 millones de euros). Y ahora se suma la amenaza de una huelga de actores - todavía no convocada- pero cuyos efectos ya se dejan sentir. El pesimismo y la incertidumbre pesan sobre una industria desgastada con tanto conflicto antes incluso del último envite.
Como asegura la revista Variety, el sindicato de actores llega hoy al final de su convenio sin visos de acuerdo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) y preparado para su momento Norma Rae (película en la que Sally Field interpreta a una líder sindicalista) de lucha. "Pero parece que todos, incluso Norma Rae, lo que quieren es acabar la película", afirma Brian Lowry, columnista de la citada publicación.
A pesar de que algunos pesos pesados de Hollywood, como Tom Hanks, George Clooney, Robert DeNiro o Meryl Streep, habían reclamado que las negociaciones empezaran lo antes posible para evitar la huelga y también la incertidumbre en el sector, el SAG llegó el pasado viernes a su jornada número 40 de conversaciones con la organización de productores de cine y televisión sin acuerdo. Y, lo que es peor, sin unidad.
El AFTRA (Federación Americana de Actores de Radio y Televisión), sindicato menor de actores, se desligó del SAG y llegó a un pacto con los productores sobre algunos de los puntos más delicados: la explotación de futuros medios y las regalías que proporcionarán al sector. Es un acuerdo similar al de los guionistas y directores, que el próximo 8 de julio tendrán que votar los 70.000 miembros de este sindicato. De ellos, como reconoce la actriz Susan Sarandon, 44.000 son comunes a los dos sindicatos. "Yo pertenezco a lo que me echen. Como actor tengo que pertenecer a todos si quiero trabajar", reconoce Sarandon.
Y es que lo que convierte este conflicto laboral en una situación surrealista, casi cómica, el enfrentamiento que tiene a la industria paralizada, no es el de actores contra productores, sino entre las dos organizaciones de actores. Ambos sindicatos se cruzan ataques. SAG acusa a AFTRA de bajarse los pantalones, mientras que el segundo recrimina al primero, que tiene 120.000 afiliados, que haya paralizado las conversaciones y busque el rechazo en la consulta del 8 de julio para convocar la huelga.
En medio de la lucha están los actores. "Yo me opongo a la huelga porque ya no son lo que eran. No es la solución", aseguró Alec Baldwin, que, junto a Hanks, Sally Field, Kevin Spacey y otros varios centenares de intérpretes, han hecho un llamamiento a los miembros del AFTRA para que voten sí al acuerdo con los estudios, lo que dejaría sin fuerza al SAG para llamar a la huelga. Los hay más peleones. Jack Nicholson, Ben Stiller, Josh Brolin, Ed Harris, Viggo Mortensen, Nick Nolte o Martin Sheen son defensores del SAG a ultranza y quieren tirar abajo lo negociado por AFTRA en pos de un acuerdo mejor. En este clima, Hollywood comenzará julio con la calma antes de la tormenta. Sin convenio, la industria estará prácticamente paralizada, primero por la festividad del 4 de julio y, sobre todo, por la incertidumbre. El fin de algunos rodajes, como el de Ángeles y demonios, protagonizado por Tom Hanks, se ha acelerado para sortear riesgos. De celebrarse, la huelga no comenzará antes de conocerse el resultado del 8 de julio. Y el SAG necesitaría la autorización del 75% de sus miembros para convocarla. Un detalle delicado, ya que, como asegura el realizador Brad Siberling, casado con la actriz Amy Brenneman, se trata de una votación entre muchos actores que tienen ingresos mínimos como intérpretes. "Sólo un 6% o un 7% de los afiliados trabaja de forma regular", recuerda el director mientras se afana en concluir el rodaje de Land of lost.
Lo mismo ocurre con muchas otras producciones, mientras otras corren el riesgo de languidecer porque nadie se atreve a comenzar a filmar en este clima. "Es demasiado pronto para otra huelga", asegura Sigourney Weaver, aunque también expresa su deseo de que "los guionistas hubieran conseguido algo mejor". No se puede quejar. Pase lo que pase, ella no se verá afectada dado que su próximo rodaje, Crazy on the outside, es una de las 350 producciones que han conseguido permiso para seguir rodando, con o sin huelga.
Babelia
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