¿Qué sabe El Chacal de Aldo Moro?
El terrorista asegura que el espionaje italiano negoció el rescate del político democristiano a espaldas del Gobierno
Aldo Moro estuvo a punto de ser salvado. Palabra del terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos y El Chacal, que desde la cárcel asegura que los servicios secretos militares italianos, saltándose los deseos de su propio Gobierno, acordaron intercambiar al político democristiano secuestrado por varios presos de las Brigadas Rojas que debían ser entregados a la resistencia palestina.
El plan fracasó, el día anterior a la muerte de Moro, por culpa de una filtración de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a otros agentes secretos italianos, afirma Carlos en una entrevista concedida a la agencia italiana Ansa desde la cárcel de Poissy (París), donde cumple cadena perpetua.
Hace 30 años justos del secuestro y muerte de Moro a manos de las Brigadas Rojas y todas las incógnitas siguen abiertas. Ahora, el legendario Chacal reaparece y da detalles, nombres y apellidos en una entrevista que parece reforzar la verosimilitud de la teoría de la conspiración internacional.
Según el relato de El Chacal, entregado a Ansa por su abogado, Sandro Clementi, la noche del 8 al 9 de mayo de 1978, un avión del Simsi (Servicios Secretos Militares Italianos) esperaba en la pista del aeropuerto de Beirut la señal para poner en marcha la entrega de varios presos de las Brigadas Rojas a un país árabe sin especificar. En el avión, afirma Carlos, estaban el coronel Stefano Giavannone, hombre cercano a Aldo Moro, y algunos miembros del Frente de Liberación de Palestina.
La operación fue abortada, afirma Carlos, porque se fue de la lengua uno de los mandos políticos de la OLP, Bassam Abu Sharif. Al día siguiente, el cadáver de Moro acribillado a balazos fue hallado en el maletero de un R4 en Roma; sólo varios meses después, recalca Carlos, los responsables de aquella negociación secreta fueron despedidos u obligados a dimitir del Sismi. Otra novedad narrada por El Chacal es que las Brigadas Rojas planearon un triple secuestro simultáneo que finalmente no pudieron llevar a cabo. Junto a Moro, iban a ser secuestrados Gianni Agnelli, el patrón de la Fiat, y un juez del Tribunal Supremo.
En su declaración, Carlos aporta su versión de otro de los grandes agujeros negros de los Años de Plomo, la matanza de la estación de Bolonia, el 2 de agosto de 1980, provocada por una bomba de fabricación militar que dejó 85 muertos y más de 200 heridos. "Fue obra de los americanos, de los sionistas y de las estructuras de la Gladio", el grupo terrorista financiado por la CIA, dice Carlos. ¿La teoría? Agentes secretos occidentales hicieron explotar, con un pequeño dispositivo, una gran carga de explosivos que transportaba aquel día un grupo palestino ligado al Frente Popular de Liberación Palestina (FPLP) con destino a su red terrorista. El sanguinario y cinematográfico Carlos (Caracas, 1949), llamado Ilich en honor de Lenin por ser hijo de un abogado comunista, fue autor e inspirador de salvajes atentados sucedidos en Europa en los años setenta y ochenta. Dandi y noctámbulo, El Chacal era el centro de una red terrorista global que incluía grupos extremistas palestinos, alemanes -la célebre Magdalena Kopp, componente de la Baader Meinhoff (RAF), fue su amante y esposa durante 13 años- y anarquistas. Entre otros atentados, se le atribuyen el secuestro en Viena de 70 personas, entre ellos 11 ministros de la OPEP, en 1975, que acabó con tres muertos, y el ataque contra el tren Tolosa-París que dejó cinco víctimas en 1982. Arrestado en Sudán en agosto de 1994, fue entregado a Francia, donde fue juzgado y condenado a cadena perpetua en 1997.
En sus respuestas, Carlos confiesa no saber que la Iglesia estaba preparada para pagar un rescate a las Brigadas Rojas la mañana del 9 de mayo en Milán.
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