La oposición cerca a Zapatero por la crisis
Todos los grupos, excepto el PSOE, fuerzan al presidente a comparecer en el Congreso
La única buena noticia que le dio ayer el Parlamento al Gobierno es que el periodo ordinario de sesiones se acaba ya esta semana. Todo lo demás fueron quebraderos de cabeza y la constatación de que vivirá toda la legislatura en un puro sobresalto. La crisis económica ha agravado las consecuencias políticas de la falta de una mayoría suficiente del PSOE y la ausencia de pactos estables. El día de ayer fue el ejemplo más claro.
Los socialistas votan iniciativas de CiU para evitar perder votaciones
El Senado rechaza la primera propuesta presupuestaria del Gobierno
Para empezar, todos los grupos se pusieron de acuerdo para forzar en la Junta de Portavoces la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero para dar cuenta de su diagnóstico económico y de las medidas que pretende impulsar. Lo habían pedido Izquierda Unida y el PP, pero el Gobierno y el PSOE se resistieron e intentaron que fuera el vicepresidente Pedro Solbes el que acudiera. Mantuvieron su resistencia hasta que comprobaron su soledad en la Cámara.
El debate será finalmente el próximo miércoles ante el Pleno del Congreso y con la certeza de que todos los grupos estarán enfrente de Zapatero. Como anticipo, todos los portavoces parlamentarios criticaron ayer con dureza y desde distintas perspectivas ideológicas las medidas de choque presentadas el lunes por el jefe del Ejecutivo, lo que hace prever el mal rato que le espera la próxima semana.
El segundo traspiés se produjo en el Senado, donde la mayoría de la Cámara tumbó el decreto que fija el techo de gasto para el próximo año. La aprobación de ese límite es el primer paso para aprobar los Presupuestos y su rechazo permite atisbar las dificultades que tendrá el Gobierno para sacar adelante las primeras cuentas de esta legislatura.
Votaron contra el PSOE todos los demás grupos, salvo CiU, PNV y Coalición Canaria que mantuvieron la abstención del Congreso, aunque repitieron sus críticas al Gobierno.
El traspiés es políticamente relevante, aunque formalmente sólo supone que los socialistas tendrán que levantar el veto mañana jueves en el Congreso. Volverán a quedarse solos frente a todos en este asunto por primera vez desde que gobierna Zapatero. Hace dos semanas, cuando el texto pasó por el Congreso, el PSOE se quedó también solo y únicamente consiguió que CiU y PNV se abstuvieran para evitar la derrota en la votación.
En el debate previo de ayer en el Senado, Solbes mantuvo la tendencia iniciada la víspera por Zapatero para endurecer su mensaje y su visión del problema. El vicepresidente segundo habló ya abiertamente de "notable desaceleración" y de "ajuste intenso en los próximos meses". La palabra crisis sigue vetada.
El tercer disgusto parlamentario de ayer para el Gobierno es que tuvo que aprobar a rastras propuestas de distintos grupos, que no le satisfacían en absoluto, pero que se vio obligado a apoyar como mal menor para evitar una derrota parlamentaria.
El PSOE apoyó a regañadientes dos iniciativas de CiU, una sobre elevación de pensiones de viudedad y otra para recolocación de parados. Los nacionalistas catalanes amenazaron a los socialistas con votar a favor de otras presentadas ayer por el PP sobre economía si no les apoyaban, y el PSOE se vio forzado finalmente a darles su voto. Todo para limitar en lo posible los daños de la dura jornada parlamentaria.
Una de las iniciativas del PP, que el PSOE logró frenar al apoyar las de CiU, criticaba la subida de tarifas eléctricas y la otra se adelantaba a las intenciones del Gobierno de ampliar los permisos de maternidad y paternidad. La admisión a trámite de la proposición de ley de CiU sobre las pensiones de viudedad fue finalmente aprobada por unanimidad. Incluye, por ejemplo, elevar del 52% al 70% el porcentaje a aplicar a la base reguladora para la determinación de la cuantía de la pensión.
La moción de los parados que el PSOE se vio obligado a apoyar incluye la colaboración del Estado con las empresas de trabajo temporal privadas, apartado que los socialistas no veían con buenos ojos.
Hoy, al Gobierno, con Zapatero a la cabeza, le lloverán las preguntas y las interpelaciones sobre la crisis desde todos los rincones del hemiciclo, a excepción sólo del Grupo Socialista. Cogerá aire hasta que en septiembre se reanuden los plenos ordinarios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Comparecencias parlamentarias
- IX Legislatura España
- Plenos parlamentarios
- José Luis Rodríguez Zapatero
- Peticiones comparecencia
- Senado
- Política económica
- Presidencia Gobierno
- Congreso Diputados
- Coyuntura económica
- Legislaturas políticas
- Gobierno
- Parlamento
- España
- Administración Estado
- Política
- Administración pública
- Economía