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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

(Re)descubiertos clásicos

Estrella de Diego

Quién iba a decir a las "artes del islam", una de las áreas más sugerentes y consolidadas de la historia del arte clásica, que en algún momento abandonarían las revistas eruditas, las salas específicas de los museos de Occidente y los institutos de investigación y pasarían a formar parte de las noticias de actualidad.

Sin embargo, desde algún tiempo y coincidiendo con el progresivo interés hacia Oriente Medio y el mundo árabe, por una parte, y con la creciente atención desde dicha región hacia el arte occidental por la otra, el ahora llamado "arte islámico" ha visto centuplicarse, alrededor de su existencia, comentarios dirigidos al gran público.

Dichas popularizaciones se podrían relacionar con el boom en la región del arte contemporáneo —tanto de artistas occidentales como locales— que muestra la aparición de publicaciones como Canvas, donde convive lo actual y lo clásico.

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El petróleo aúpa el arte islámico

La voluntad política de crear museos, potenciar ferias y promover exposiciones es un fenómeno que se viene observando en el área desde hace algunos años y se diría que su producción tradicional tampoco ha escapado de las nuevas presiones. Porque claro que existen y han existido desde siempre en la región colecciones privadas de "arte islámico", pero sólo en este momento y a partir del comentado interés se han visibilizado, se ha tomado consciencia de ellas.

Es esta pulsión de abrir museos —entre otros el ambicioso museo de Qatar, donde se aspira a reunir la colección más importante de "arte islámico"— la que ha disparado no sólo el éxito de este arte sino sus precios, comentan expertos de la región. Así, desde Sharjah a Kuwait, todos se apresuran a completar sus colecciones.

Y hasta a hacerlas públicas. El éxito de la colección de Nasser D. Khalili es una muestra del encanto que ejerce este "clásico" del arte, a la vez que un excelente ejemplo de la diversidad de manifestaciones que se pueden englobar bajo el denominador común "arte islámico", logros artísticos desde los siglos VII al XX en el mundo árabe y la India, entre otras zonas, y hasta los curiosos cristales producidos en Europa durante el XIX, inspirados en las tradiciones islámicas de la Edad Media e importados a la zona para uso local.

En todo caso, una enorme variedad de objetos algunas veces complicada de clasificar en un todo común para un occidental poco avezado. Cerámicas, tapicerías, trabajos en metal, manuscritos, miniaturas, definen el mundo rico y resplandeciente, de una espiritualidad que busca en las repeticiones y las caligrafías ciertas fórmulas de abstracción del pensamiento.

Sea o no una moda más, de las muchas que asaltan el indolente mundo del arte a la caza de la noticia —aunque se trate de una noticia a medias como es el (re)descubrimiento de una propuesta literalmente milenaria— tener acceso a estas espléndidas colecciones es cada vez un privilegio para el público occidental, que se acerca trémulo en busca de sensaciones inesperadas: aprender a mirar de otro modo, como enseñaban los miniaturistas en la novela Mi nombre es rojo de Pamuk.

Estrella de Diego es profesora de Arte Contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid.

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