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La recuperación de la memoria histórica empieza en Gurb

Encontrados los restos de seis personas en la primera fosa que se exhuma

Los restos de los soldados republicanos Gabriel Ivern, Antonio Olivella, José Roig y Juan Soler están un poco más cerca de regresar a su Gavà natal casi 70 años después de partir para combatir a las tropas franquistas. Son cuatro de la veintena de cadáveres que se cree que descansan desde enero de 1939 en una fosa común en Gurb (Osona), después de que un proyectil de mortero cayera sobre la línea defensiva que custodiaban.

La Generalitat ha empezado en esta localidad a recuperar la memoria de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura con la exhumación de esta fosa. Se trata de una prueba piloto que servirá para establecer el protocolo para futuras actuaciones similares en aplicación de la Ley de Fosas, actualmente en trámite parlamentario.

Los trabajos empezaron el miércoles y ayer ya se habían localizado restos de 6 cadáveres que un equipo de 11 investigadores de las universidades Autónoma de Barcelona y Pompeu Fabra y del Instituto de Medicina Legal de Cataluña se encargarán de individualizar y analizar. Se trata de cinco antropólogos, cuatro arqueólogos y dos médicos forenses. Un análisis esquelético permitirá determinar datos físicos como el sexo, la edad o la estatura, así como la causa de su muerte.

En el caso de los cuatro soldados de Gavà que se sabe que descansan en la fosa se compararán los cráneos faciales con fotografías de las víctimas y, si es imprescindible, se realizarán análisis de ADN para establecer los lazos biológicos entre los cuatro fallecidos y sus familiares vivos, que llevan muchos años reclamándolos.

Hay pocas posibilidades de descubrir de quién es el resto de cadáveres exhumados, que acabaran sepultados en el cementerio de Gurb. Entre los huesos desnudos de aquellos soldados han aparecido algunos restos de sus zapatos y no se descarta que a medida que avance la excavación puedan aparecer otros materiales, documentación o incluso munición.

Ritmo lento

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La exhumación avanza a un ritmo más lento de lo que se pensaba debido a la profundidad a la que se encuentran los restos. Y es que bajo la losa había medio metro de tierra que escondía una nueva cobertura de cemento sobre unos muros. Los primeros restos han aparecido más de un metro y medio por debajo del nivel del suelo. De todas formas, se espera terminar la excavación en un par de semanas y cerrar la identificación de los cadáveres a finales de año.

Assumpció Malgosa, doctora en Antropología física de la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinadora de los trabajos, explicó que la mayoría de los esqueletos están doblados sobre sí mismos. Los cuerpos serán expuestos para poder recoger datos del momento del entierro. "La verdad es que resulta más complejo de lo que nos pensábamos", explicó.

En Cataluña hay 179 fosas comunes de la Guerra Civil y la dictadura franquista, según el Departamento de Interior y Relaciones Institucionales. De éstas, 88 están acreditadas con documentación municipal o listas militares y del resto sólo se tiene constancia a través de testimonios orales y datos históricos. La futura de Ley de Fosas tiene como objetivo dignificar y señalizar estas sepulturas comunes para evitar que caigan en el olvido. También preverá exhumar fosas siempre que familiares o entidades dedicadas a la recuperación de la memoria histórica lo pidan y haya datos historiográficos que certifiquen su existencia, como ha sido el caso de la fosa de Gurb.

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