"Hubo gente que se tiró un mes comiendo pasta"
David Lara, de 27 años, acaba de regresar a Almería de la ciudad alemana de Francfort del Oder, en la que ha residido ocho meses. Su beca Erasmus le ha cubierto sólo seis a razón de 200 euros. Lara, que es estudiante de Magisterio de Lenguas Extranjeras por Inglés, se hubiera quedado un año completo pero no podía "estirar más" el dinero. "Los 1.600 euros para los ocho meses han sido muy escasos. Me quedé más tiempo porque hice cursos intensivos y me vine a la fuerza. Si no tengo ayuda económica por parte de la Universidad tengo que tirar de mis padres", explica el estudiante.
Durante su estancia en Alemania, Lara ha conocido a otros muchos españoles que "también dependen" de sus padres y otros muchos que intentan buscarse un trabajo para obtener un dinero extra. "Conozco a gente que se ha tirado un mes comiendo pasta. Para encontrar trabajo en Alemania te piden un nivel bárbaro de alemán y no es fácil. Todo estudiante Erasmus sabe que el que se va tiene que poner dinero de su cuenta. Por eso yo estuve trabajando el verano anterior y luego estuve cobrando algo de paro que, junto con la beca, me ayudó a salir adelante", dice.
Sólo el alquiler de la casa donde vivía, 250 euros mensuales, superaba el importe de la beca. A eso se añadían los gastos de transporte, la comida del mes y algún gasto extra para excursiones a países o ciudades cercanos. En su caso contó con la ventaja de que los trenes y los metros de cercanías para los estudiantes eran gratuitos y que la Universidad alemana le expidiera un carné por valor de 250 euros para otro tipo de viajes que le cubrió el semestre completo.
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