Cultura pretende evitar el relleno de la mina Concha II

El Gobierno vasco quiere proteger el valor cultural de la mina Concha II en Gallarta, cuya parte baja corre el riesgo de ser rellenada con escombros, declarándola Bien de Interés Cultural. Y para ello, el departamento de Cultura ya ha encargado varios informes técnicos que sopesan qué forma legal tendría dicha protección. La actual concesionaria del sitio, Abra Industrial, filial de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), quiere descargar allí los escombros originados por la construcción de un parque empresarial en la zona. La SEPI depende del ministerio de Economía.

"La intención de protegerla existe, ahora tenemos que encontrar la forma"

Una plataforma ha recogido 2.000 firmas contra el proyecto de relleno

El pasado 12 de mayo, la consejera de Cultura, Miren Azkarate, lo desveló en su respuesta por escrito a una pregunta del grupo parlamentario Popular sobre la mina a cielo abierto situada en Gallarta, en el término municipal de Abanto y Ciérvana. "En una primera valoración, la mina consta en nuestra base de datos como un bien de interés cultural merecedor de protección y defensa", esclareció la consejera.

"La intención de proteger la mina existe. Ahora bien, tenemos que encontrar el régimen jurídico adecuado", confirmó ayer por teléfono Arantza Arzamendi, directora de Patrimonio Cultural del departamento de Cultura. "Estamos elaborando un posible régimen de protección y viendo qué obligaciones supondría", añadió.

La mina tiene tres conjuntos diferenciados que merecen ser tratados por separado, según Cultura: el castillete, la galería de minas y la corta. El escollo de la cuestión reside en si el valor testimonial de la mina, y sobre todo el de su corta, puede conservarse como requiere, según Arzamendi.

"El castillete no supone ningún problema, es fácil declararlo patrimonio mientras no haya ninguna objeción medioambiental", destacó la responsable de Patrimonio Cultural. Respecto a los 50 kilómetros de galerías subterráneas, "sería posible protegerla sólo en caso de que fuesen visitables, sino no tendría sentido", recalcó. Estas alcanzan una profundidad de hasta 200 metros bajo el nivel del mar.

La corta es, probablemente, lo más complicado. "Es un elemento de paisaje y no sabemos cómo va evolucionar y si su valor cultural puede ser conservado con el paso del tiempo", resaltó Arzamendi. Un equipo de geologos y paisajistas analiza actualmente la cuestión.

"Que lo hagan pronto", deseó al conocer la noticia un portavoz de la asociación que gestiona el Museo de la Minería del País Vasco, situado a unos metros de la mina y cuya ampliación incluirá un balcón panorámico con vistas a la corta. "Nos alegramos de la intención del Gobierno vasco, pero queremos que se concrete lo antes posible. Llevan muchos años pensándoselo y no entendemos dónde está la dificultad", expresó un portavoz de la misma. Una plataforma ciudadana ha recogido más de 2.000 firmas en contra del proyecto de relleno.

El departamento de Medio Ambiente, por su parte, destacó en otra respuesta parlamentaria "la importancia de las características geológicas que presenta la corta minera" de Concha II. También aclaró que frenar el proyecto de relleno de la corta no está dentro de sus competencias mientras no se viertan residuos contaminados.